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    (La cruz de la esquina del convento de San Francisco) 



    Cuentan los más ancianos fieles que hace unos siglos atrás, un hombre contrajo deuda con otro. El primero le prestó un dinero que le sirvió al otro para que mejorara su situación, Cuando el prestatario reclamó la cantidad otorgada al deudor, este se negó, cuenta la historia que estos dos se volvieron a encontrar en una misa en la iglesia de San Francisco, bien pijes y empilachados, como era la costumbre antaño al ir a misa.

    El prestatario observó que en primera fila se encontraba aquel cínico al cual le había entregado el dinero que con tanto esfuerzo él había conseguido, fruto de su trabajo, y adelantándose un poco y sin que el truhán lo viese venir se acomodó sigilosamente junto a él y al retirarse el tatacura ,lo encaró ante el altísimo, tomándole de la mano para que no huyese.

    En este momento el deudor se vio obligado por su favorecedor a jurar ante el altar, y ante Dios Todo poderoso, que se había prestado el dinero para mejorar su infortunio. Cínicamente el hombre negó y juro que no había recibido dinero alguno, saliendo de la iglesia, en ese instante un fuerte remesón sacudió el muro del convento, el cielo se nubló y empezó a correr un ventarrón que elevo al viento los sombreros de los presentes, y llenó de pánico a la gente que había asistido a la misa.

    (Antigua Iglesia de San Francisco 1908, Fotografía Max T. Vargas).

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    El deudor tomó su caballo y aprovechando la situación y la polvareda trato de escaparse del lugar, para que el prestatario no lo siguiese, y en el cruce de la actual calle Zela con Jerusalén su animal se encabritó arrojándolo de muerte contra el muro. Conocedores ya, la demás gente de la deuda que tenía este hombre para con su benefactor, tomaron como una señal de castigo lo que le sucedió al cínico, por haber jurado en falso y ante el altar de la iglesia, por lo que decidieron erigir en recuerdo de este hecho, una cruz que debía festejarse todos los meses de mayo venideros.




    Acerca de la fecha de instalación de la cruz en el muro del convento, no se tiene registro, la mayoría de los fieles la desconocen, pero la tradición ha pasado de generación en generación en los devotos fieles de las calles Jerusalén, Ayacucho, Zela e inclusive vecinos del barrio de San Lázaro, quienes devotamente festejaban como es costumbre en Arequipa , la santa cruz en el mes de mayo.

     El el terremoto del 15 de enero de 1958, hizo que el muro donde se ubicaba la cruz sufriera muchos daños por lo que ese año fue la única vez que la cruz se festejó fuera de su lugar habitual llevándola al atrio de la iglesia de San Francisco y festejada con gran solemnidad, actualmente ya reparado el muro, la cruz permanece en su lugar protegida de todo daño en la esquina de Jerusalén y Zela en aquel lugar donde antaño ocurriera un castigo a la injuria por parte de un cínico y anónimo personaje que según la tradición recibió el castigo divino.

    Fotografía del diario el Pueblo de 1958.

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    Fuentes: 
    • Tradición oral.
    • Diario el Pueblo 27 de mayo 1958.