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    El abogado, historiador y literato arequipeño,  Manuel Ladislao Cabrera Valdés (* 9 de junio de 1855 ) (+ 15 de diciembre de  1931), colaboró con el diario El Deber , narrando algunas de sus tradiciones, esta vez transcribimos una que tuvo a bien  publicar el mencionado diario, el último año de vida del  longevo historiador, titulada "El Árbol de la Libertad".


    Tradiciones y Antiguallas de Arequipa

    El Árbol de la Libertad


    Según se lee en un artículo publicado en la Atlántida de Buenos Aires  n° 881 el primer árbol de la Libertad fue plantado por un abate en 1790 y dos años después se contaban sesenta mil en Europa y América.

    ¿Cuándo y por quién lo fue en Arequipa? Nadie lo recuerda, y aún son muy pocos los que lo vieron a pesar de que casi no merece llamarse una antigualla pues vivió hacia la mitad  del siglo pasado. (siglo XIX).

    Estaba plantado hacia la mitad y delante del Portal de Flores, Era un sencillo , achaparado y enclenque sauce cuyo aspecto todo era el de su congénere el sauce de los cementerios y no el gallardo y frondoso SALIX HUMBOLDTANIA cuyo frondoso verdor caracteriza la campiña arequipeña.

    Cuidaba de su miseria y existencia algún comisario de la Policía Municipal y para proteger su tronco se había construido una PIRCA de ripios con su correspondiente vallado de espinos pero cualquier gozque atrevido salvaba fácilmente el obstáculo y alzaba la pata sobre el saucecillo ni más ni menos que los tiranuelos han alzado la suya sobre la libertad política.

    Los Comisarios aprovechaban el espacio cercado para sembrar  CUCURBITACEAS, que con sus grandes hojas desmayadas al calor del sol y sus flores amarillas tumbales trepaban por el tronco prometiendo, promesa jamás cumplida, una cosecha para un AJI DE DISPARATES,  y el saucecillo diría para sus ramas aquí no se dan más cabezas de LACAYOTE.

    Este árbol servía o mejor dicho debía servir para que a su pie, los niños de las Escuelas públicas cantaran el himno Nacional, al salir el sol del 28 de julio, acompañados por la banda de músicos del batallón que siempre había en Arequipa.



    Fotografía Coloreada de la Plaza Mayor en 1878.

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    Pero este acto que debía ser una lección de patriotismo para las generaciones nuevas lo era más bien de desorden , imprevisión y de todo lo malo que caracteriza los actos públicos de la patria de Manco.
    Porque acontecía que nadie había cuidado de prevenir la concurrencia de la indispensable banda y a la hora de empezar el canto recién se daban los pasos necesarios para ello.

    Era preciso pedir permiso al jefe del Batallón, quién se excusaba con el comandante de la División que echaba la pelota al Prefecto : y así todo era carreras de ayudante , etiquetas, de jefes, vociferaciones de la concurrencia que se impacientaba.

    A todo esto el Prefecto que debía o deseaba concurrir al recinto y que había pasado MALA NOCHE, ordenaba que las escuelas fuesen a la Prefectura y que allí tuviese lugar la ceremonia y cuando estaban a medio camino recibían contraorden y volvían al pie del árbol sagrado, pues aquel  había pensado que era mejor que no le fuesen con gaitas.

    Al fin y como podían unas escuelas con música y otras A SECAS entonaban ¡SOMOS LIBRES!

    Pero no se crea que estaban allí todas las escuelas porque esto era lo peor, rara vez se vio que alguna estuviese en su puesto al salir el sol; cada una  iba llegando con paso tardo y con las característica pachorra nacional; como a las 7 de  la mañana, otras a las 8 y alguna a las 9; y sucedía que esta, al retirarse después de haber cantado o no cantado encontraba una por regla general de niñas que recién iba, pues había estado ocupadas en arreglarse LOS CHORROS.

    Y ya que está el Himno Nacional bajo las puntadas de la pluma es preciso recordar que el que actualmente se canta no es el auténtico y glorioso del Maestro Alcedo. EL PROFESOR REBAGLIATI de Lima emprendió y llevó a cabo la infeliz tarea de reformarlo so pretexto de armonía moderna de debusysmo franckismo o alguna de esas efímeras escuelas que tratan de cambiar  los principios fundamentales de la música.

    En vano músicos de mérito criticaron la reforma de Rebagliati, se impuso la novedad ayudada de la ignorancia  y por eso tenemos una deformación verdadera de las frases de Alcedo.

    Hay quien encuentra  mayor sonoridad en el Himno nuevo, es posible que la tenga;  pero es a expensas de la marcialidad y carácter eminentemente patriótico de las notas primitivas.

    Un congreso declaró posteriormente la intangibilidad del Himno pero ya tarde, cuando estaba adulterado.

    El árbol de la Libertad  no escucho esa profanación , murió antes .

    ¿Cómo, cuándo y porqué? Nadie lo sabe. Sucumbió  a los golpes de hacha de algún feroz Comisario o fue secándose lentamente por haberle  caído algún hechizo, como generalmente se cree de todos los animales y plantas que así mueren.

    El hecho fue que nadie lo echó de menos, porque tal árbol importaba menos que una pitajaya.
    Todo un símbolo.

    Por : M.Ladislao Cabrera Valdez. (Diario El Deber 27 de marzo de 1931).




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    SALIX HUMBOLDTANIA , es el sauce más común en la campiña arequipeña, el árbol del relato de Cabrera Valdés es el SALIX SEPULCRALIS, o sauce de cementerio.

    - PIRCA: Del quechua pirca que significa  'pared', es una pared de piedra en seco.

    - CUCURBITACEAS: Dicho de una planta: Del grupo de las angiospermas dicotiledóneas, de tallo sarmentoso, por lo común con pelo áspero, hojas sencillas y alternas, flores regularmente unisexuales de cinco sépalos y cinco estambres, fruto carnoso y semilla sin albumen; p. ej., la calabaza, el lacayote.

    - AJI DE DISPARATES: Antigua forma de preparar el ají con el huatacay.

    - LACAYOTE: Planta rastrera cuya fibra sirve para preparar el ají de lacayote, plato emblemático de la cocina arequipeña.

    - CHORROS: peinado con rizos en las niñas, bucles.

    - EL PROFESOR REBAGLIATI [...] “Desde mediados del siglo XIX hasta las dos primeras décadas del XX, se trata de cambiar la letra por considerarla muy antiespañola. Este no es el caso de la música que es muy superior a la letra”, menciona el profesor Patrucco, quien explica que la música, originaria de Alcedo, era muy atractiva e incluso validada en diversas fiestas. “Entonces, como no se quería una música que pudiera ser bailada, se pensó en cambiarla a una más parecida a una marcha”. Por eso, si bien no se cambió la tonada, sí se modificó la cadencia.

    A principios del siglo XX se hicieron varias reformas y se llegó a la versión de Claudio Rebagliati en 1869, que es la que conocemos ahora. “El himno que se escuchaba en el siglo XIX es tremendamente romántico, está mucho más en la línea de las óperas de la época en las que uno siente mucha más emoción. Hay patetismo, inflama los espíritus, es más auténtica y permite comprender mucho mejor el espíritu de quienes lo crearon, algo que ha perdido ahora”, menciona el profesor. [...] http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/cambiar-himno-nacional/


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    FUENTES :

    - Imagen de portada: Acuarela de John Prendergast. 1855
    - Diario El Deber 27 de marzo de 1931
    - http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/cambiar-himno-nacional/