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    La Revista limeña  "Actualidades" fue una revista literaria en el que se publicaban textos narrativos y líricos de escritores peruanos y extranjeros, estos eran acompañados de ilustraciones y fotografías de paisajes del país, constaba de varias secciones en las cuales los intelectuales podían darse a conocer. 

    En una de sus publicaciones de enero del año 1906, se mostraron fotografías de la ciudad blanca, titulada  "Paisajes de Arequipa"  mostrando varias imágenes de la campiña arequipeña, actualmente cada vez más reducida por el paso de la modernidad.


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    Paisajes de Arequipa.


    [...] Allá, cuando la mirada busca el cielo purísimo de Arequipa, lo encuentra en parte limitado por el cuerpo del Misti, cuyo penacho de humo á las veces coloreado de azul, hace asemejarse á la majestuosa mole á un altar en el Universo donde le celebrara sacrificios al Señor. Acá en la tierra, la campiña verde oscuro, verde musgo, verde mar; la campiña con tonalidades de luz i sombra, pasa trayendo memorias del mar.


    I todo en ese valle fertilísimo es así: delicioso. Sus baños termales, sus quintas, sus haciendas. De sus hombres ya se sabe lo fuertes de cuerpo i alma que son. De su clima, semejante al de nuestra ciudad de los reyes, se sabe que es de un frío no laxante sino tonificante, como son todos los climas vecinos á la cordillera.


    Las personas de la comitiva que acompañó al infortunado presidente Candamo, volvieron encantados de Arequipa; i las que últimamente acompañaron á S. E. el presidente Pardo, recuerdan á la cuna de Valdivia, García Calderón i Paz Soldán, con un recuerdo nostálgico i hacen promesas de tornar algún día á la viril amazona del sur.


    Actualidades es mui leída provincias del departamento ha sido siempre atentamente solicitada; i á la fecha tiene el placer de recibir como retorno periodístico una hoja literaria: Juventud. Los poetas i prosadores del país de Samuel Velarde son mui entusiastas i se reúnen ya en sociedades ya en casinos, i en veladas de familia para darle pábulo á sus nobilísimas aficiones. Les profesan un amor que por egoísta no deja de ser digno, á Arequipa la bien amada del Perú.


    Frecuentemente se nos remite vistas de sus sitios históricos; pero desgraciadamente los muchos compromisos que Actualidades tiene con sus colaboradores literarios i artísticos la privan de reproducir los sugestivos parajes, los monumentos i las ruinas gloriosas que Arequipa esconde como un tesoro, dentro de su corpiño de flores.


    Los presentes fotograbados traerán, pues, á la memoria de algunos, memorias románticas de sucesos en que acaso hayan intervenido el cerebro i el corazón, es decir el alma de los enamorados i el alma de los pensadores. La de éstos es el cerebro i la de aquellos el corazón.


    I así como ocurre en cualquier parte que se presente un paisaje, allí donde un bosque abra á los cielos su exuberancia lúbrica, allí donde una tapia zigzaguee por los campos i las linfas de agua clara sigan con sus rumores la carretera, la naturaleza atrae fuertemente al espíritu. No es raro, sobre todo en Arequipa donde el romanticismo parece haber labrado su nido, encontrar en las avenidas alejadas, á distancia larga  dé los  bullicios   mundanales; un poeta, un soñador, ó un cualquiera, que sin ser soñador ni poeta rinde su amor á la pereza de los campos i goza en pasarse la vida sentado en la tapia más ruinosa contemplando el verde más vivo de la perspectiva. ¡Lástima que en Arequipa no haya en el horizonte un trozo de mar azul!...




    Hai rincones, hai encrucijadas en los caminos donde los cerros i los árboles ponen toda la tristeza de su sombra, una sombra que vá larga á través de los caminos. I pasan bajo esa sombra las siluetas de los hombres tristes, de los que caminan lentos con el peso de la jornada interminable. Sin duda en esos rincones arequipeños bebió inspiración el alma predilecta de Melgar.... Fue ese cielo, fueron esas tie­rras, fué esa sombra amo­rosa la mejor fuente de ternura para el bardo de la elegía popular; cuán­tos habrán sentido bajo el mismo cielo de. Arequi­pa idénticas sensaciones de melancolía i de amor que con tan intenso sen­timiento i en notas que­jumbrosas aceptó á po­ner en verso—en un ver­so de lira plañidera— el famoso cantor del Misti.


    Mucho se ha escrito dentro de la literatura castellana comentando el verso clásico de Fray Luis sobre la felicidad de los que huyen al ruido mundanal, i es preciso, para darle la razón, co­brar para el espíritu la misma dicha.



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    Fuente:

    • Revista "Actualidades",  Año III Enero de 1906  Número 145. Transcripción de artículo de la época.