馃敶 Alberto Vargas de Arequipa para el Mundo
脥ndice
(*Arequipa, 9 de febrero de 1896 - † Los Angeles - California, Estados Unidos, 30 de diciembre de 1982).
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Datos Biogr谩ficos
Joaqu铆n Alberto Vargas Ch谩vez, naci贸 en Arequipa, el 9 de febrero de 1896, primog茅nito de Max T. Vargas, un notable fot贸grafo arequipe帽o, de retratos y paisajes, muy conocido en todo el Per煤 y en Europa y de la dama arequipe帽a Margarita Ch谩vez. Sus hermanos fueron: Maximiliano (1897), Laura (1901), Jorge (1903), Mar铆a Alicia (1904-1913), Federico (1906) , Carmen Matilde (1912-1913) y Mar铆a Gabriela (1918 ).
Se bautiz贸 el 22 de febrero de 1896, en la parroquia de San Antonio Abad, Miraflores Arequipa.
Partida de Bautizo.
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Seg煤n su partida de nacimiento (N潞 225), naci贸 en la calle Santo Domingo N潞 48 (antigua nomenclatura).
Partida de nacimiento.
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Familia Vargas Ch谩vez, alrededor de 1911.
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Arequipa es la segunda ciudad del Per煤 situada al pie del volc谩n Misti. La ciudad blanca ha sido cuna de pol铆ticos, militares, escritores y artistas notables y Alberto fue uno de ellos.
En el laboratorio de su padre, Vargas aprendi贸 las t茅cnicas de la fotograf铆a y en especial a utilizar el aer贸grafo, que no era el instrumento delicado de la actualidad, sino un tosco dispositivo que por el m茅todo de aspersi贸n se utilizaba para retocar y colorear los negativos y las fotograf铆as. En sus manos, Alberto lo convirti贸 en un sofisticado arte que hac铆a maravillas en las fotos de los clientes de su padre. Pero la pasi贸n de Alberto no era precisamente la fotograf铆a, sino la pintura y el dibujo que despertaba en 茅l, ideas que plasmaba en el papel con una sutileza muy pocas veces vista.
Creci贸 y se educ贸 en su ciudad natal, pero Max y su esposa Margarita, quer铆an que sus hijos tuvieran la mejor educaci贸n posible, preferiblemente en Europa. En 1911 cuando Alberto era un adolescente viaj贸 a Suiza en compa帽铆a de su padre y su hermano Max, para completar sus estudios y luego ingresar a las mejores escuelas de fotograf铆a en Ginebra y Londres. Despu茅s de eso, acordaron que regresar铆a a Arequipa para seguir trabajando en el laboratorio de su padre. Max, el hermano menor, estudiar铆a econom铆a para seguir una carrera en la banca.
Aunque Alberto estaba de acuerdo con el plan, en realidad ten铆a otras aspiraciones pues su pasi贸n era la pintura y el dibujo, artes que hab铆a practicado en sus tiempos libres y para lo que pose铆a un talento extraordinario, incluso haciendo caricaturas. Cuando iniciaron el viaje, Max Vargas deb铆a pasar por Par铆s para recibir una medalla de oro como premio por un estudio fotogr谩fico hecho sobre unas ruinas incaicas.
Para Alberto que apenas ten铆a 15 a帽os, los museos de Par铆s fueron toda una revelaci贸n. Las obras de los grandes artistas estimularon su ingenio. Dibuj贸 las obras del Louvre, en especial las estatuas griegas, aprendiendo a dibujar las formas humanas, sin ropa ni nada que ocultara la belleza f铆sica del ser humano. En Par铆s, por doquier encontraba exhibiciones de desnudos que lo inspiraron para mejorar su arte. Alberto era un autodidacta, pero un artista innato.
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Trayectoria
Respetando los deseos de su padre, pas贸 cinco a帽os estudiando en las mejores escuelas de Suiza. Aprendi贸 alem谩n y franc茅s y comenz贸 a trabajar como practicante en un estudio de fotograf铆a en Ginebra. Pronto estall贸 la guerra y en 1916 recibi贸 un telegrama de su padre d谩ndole instrucciones para viajar a Londres inmediatamente. Alberto comenz贸 su viaje pero debi贸 detenerse en Par铆s donde recibi贸 nuevas 贸rdenes de su padre para que viajara a Nueva York con conexiones de regreso al Per煤. Su hermano Max deb铆a un铆rsele en Nueva York para que ambos regresaran a Arequipa.
Alberto lleg贸 a Nueva York en octubre de 1916. Pas贸 los primeros d铆as paseando por las calles y avenidas de esa gran metr贸poli. Un d铆a, mientras recorr铆a Broadway vio a una mujer con cabellos rojos, que con paso r谩pido caminaba por la calle atestada de gente.
La sigui贸 hasta un teatro donde ella entr贸. Alberto le pregunt贸 al portero el nombre de aquella hermosa mujer. En ese teatro se presentaba el Greenwich Village Follies y la muchacha de pelo rojo era la bailarina Anna Mae Clift. Alberto espero fuera del teatro hasta que termin贸 la funci贸n y una vez que la muchacha sali贸, se le acerc贸 dici茅ndole que era artista y quer铆a pintarla, pero que no ten铆a dinero para pagarle. Sin dudarlo, ella acept贸.
El flechazo de cupido fue instant谩neo. Anna Mae, era hermosa, delgada con una enorme cabellera roja que enmarcaba una sensual cara, con unos ojos azules que se tonaban viol谩ceos de acuerdo con la luz del sol. Desde ese momento, la muchacha pos贸 para el artista muchas veces y en todo ese tiempo Alberto no se atrev铆a a decirle que estaba perdidamente enamorado de ella.
Alberto tom贸 la decisi贸n de quedarse en Nueva York y le dijo a su padre que no regresar铆a a Arequipa. Su padre acept贸 la decisi贸n del muchacho y le dese贸 lo mejor, pero le advirti贸 que no recibir铆a m谩s ayuda econ贸mica de su parte y por tanto, desde ese momento, se las deb铆a arreglar s贸lo. Alberto ten铆a que buscarse un medio de vida.
Para quien conoce las obras de Vargas siempre piensa en las chicas pin-up, las “Chicas Vargas” publicadas en las revistas Esquire y Playboy, sin embargo, sus primeras obras con Anna Mae y otras chicas de la far谩ndula neoyorquina, denotan un talento superior o igual a los de Ingres, Degas y Toulouse-Lautrec. Vargas trabajaba sus originales en 贸leo, pastel o tinta. Su preferencia era la acuarela y ninguna de las reproducciones que se ven en la actualidad hace justicia al arte perfecto del artista con las tonalidades y la pl谩stica que esas obras poseen. Los retratos de 1920 de Lila Lee, tambi茅n conocidos como "Canario Amarillo" y los de Caja Eric, una de las chicas de Ziegfeld, revelan esa facilidad que Alberto ten铆a para animar la figura femenina, con sombras al estilo de Rembrandt y Vermeer.
"Yellow Canary"
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"Spanish Gypsi" 1928.
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Luego dibuj贸 cabezas y sombreros para Butterick Patterns, un fabricante de patrones de costura, tan de moda en aquella 茅poca. Luego se convirti贸 en artista "freelancer" vendiendo dibujos a $30 por pieza.
En 1918 termin贸 la Gran Guerra y Nueva York volvi贸 a cobrar vida como centro del arte y de la moda. Vargas se convirti贸 en dibujante libre de varias revistas y peri贸dicos, mientras segu铆a practicando la acuarela. Para entonces, su tema exclusivo eran las mujeres utilizando el aer贸grafo que aprendi贸 a usar en el laboratorio de su padre. Florenz Ziegfeld qued贸 maravillado por las cualidades art铆sticas de Alberto y lo contrat贸 para que pintara a las "Chicas Ziegfeld", mediante un acuerdo verbal que lo convirti贸 en el artista exclusivo del famoso empresario durante 12 a帽os.
En el trabajo, Ziegfeld le daba las pautas. La sensualidad y la seducci贸n eran la clave, el sexo deb铆a ser sugerido pero nunca evidente, es decir Vargas ten铆a que expresar su arte en los delgados l铆mites que existen entre el arte con clase y estilo de un desnudo de mujer y la simple obscenidad. Lamentablemente, la mayor铆a de las obras de Vargas durante ese per铆odo, se quemaron en un incendio que destruy贸 el dep贸sito de Ziegfeld donde, entre otras cosas, guardaba las obras de Vargas.
En 1920, esboz贸 la portada art nouveau de “Sweetheart of Mine”, con una corista escasamente vestida ofreciendo un regalo de tentaci贸n, todas las l铆neas delicadas y la naturaleza sugerente. Demostr贸 su enfoque exclusivo en dibujar mujeres hermosas y tentadoras para su publicaci贸n. Tambi茅n dibuj贸 hermosos retratos de estrellas femeninas de la pantalla para publicaciones, comenzando por copiar una fotograf铆a de Norma Talmadge, "The Branded Woman", para la portada de la revista Theatre en febrero de 1920.
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Hacia fines de los a帽os 20, Vargas trabaj贸 tambi茅n para revistas y peri贸dicos, haciendo publicidad, retratos y cubiertas para partituras de m煤sica.
No le declar贸 su amor a Anna Mae Clift, su musa e inspiraci贸n, durante todo ese tiempo, por el contrario, fue Anna la que le sugiri贸 que se casasen.
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Viv铆an el uno para el otro solamente. Ella cocinaba, hac铆a las compras diarias, pagaba las cuentas, atend铆a las llamadas telef贸nicas y espantaba a las visitas que pugnaban por ver el Estudio de Vargas.
La espectacular actriz norteamericana Hedy Lamarr posando junto con Alberto Vargas, en 1944.
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En 1939, cuando estaba por estallar la Segunda Guerra Mundial, Vargas trabajaba para la Warner Brothers y se uni贸 a un c铆rculo de artistas que hicieron una huelga. Por su participaci贸n, Vargas fue puesto en la lista negra y acusado de comunista. Forzados por los organismos de seguridad del gobierno sus posibles empleadores y amigos, durante ocho meses, le negaron cualquier trabajo y al borde de la bancarrota decidi贸 regresar a Nueva York.
Buscando qu茅 hacer, en los avisos clasificados de los peri贸dicos, encontr贸 un aviso de la revista Esquire, una de las publicaciones para hombres m谩s le铆das en EEUU en esa 茅poca. El artista de de la revista era George Petty, creador de las Chicas Petty. Los editores y Petty estaban en entredichos, pues no ten铆an un contrato escrito, aunque Petty ganaba $1800 por cada dibujo. Para Esquire, Alberto Vargas llegaba en el momento preciso. Vargas firm贸 un contrato con los editores, mediante el cual le asignaban $75 semanales y mediante acuerdo verbal decidieron quitarle la "s" del apellido, para convertirlo en "Varga". Alberto ganar铆a adem谩s el 50% de las ventas subsidiarias, por posters y calendarios y en tres a帽os si deseaba continuar, le sub铆an el sueldo a $150.
Las "Varga Girls" fueron un 茅xito desde le primer momento. Con la Segunda Guerra Mundial en pleno desarrollo en Europa y con EEUU como el gran proveedor de los Aliados, el pa铆s fue inundado por una ola de patriotismo.
Las "Chicas Varga" se convirtieron en un s铆mbolo de Esquire y los mandos militares aprovecharon la oportunidad para utilizarlo como un medio para elevar la moral de las tropas. En 1941, Esquire vendi贸 320 mil calendarios que le reportaron $80 mil a los editores. Las "Chicas Varga" se convirtieron s铆mbolo del esfuerzo b茅lico de los EEUU, debido a su poder de penetraci贸n en el mercado. Alberto Vargas trabaj贸 como un esclavo, explotado todo ese tiempo por la revista Esquire. En 1944 despu茅s de trabajar durante un a帽o sin contrato y con el mismo sueldo. Vargas y su esposa se sentaron con los editores y firmaron un nuevo acuerdo contractual, que por necesidad Vargas firm贸 sin leerlo siquiera y del cual nunca, ni 茅l ni su esposa, recibieron una copia.
Pin up en el calendario de la revista Esquire de 1947.
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El nuevo contrato le daba a Vargas el estatus de contratista independiente, pero lo ataba a la revista por 10 a帽os y 6 meses a partir del 01 de enero de 1944. Adem谩s Vargas se compromet铆a a entregar 26 pinturas cada seis meses, es decir 52 pinturas al a帽o con todos los derechos exclusivos para la revista Esquire. Vargas recibi贸 un mil d贸lares mensuales, 12 mil d贸lares al a帽o por su trabajo. Seg煤n la autobiograf铆a de Vargas, por concepto solamente de las "Chicas Varga" la revista Esquire percibi贸 m谩s de 1 mill贸n de d贸lares s贸lo en el a帽o 1945.
Cuando descubrieron la trampa en que los hab铆an metido, los Vargas iniciaron una querella judicial. Ganaron el caso en primera instancia, perdieron la apelaci贸n y a eso siguieron contra apelaciones y contra demandas. La batalla legal destroz贸 a los Vargas financiera y moralmente. Los Vargas se fueron a vivir a Los 脕ngeles tratando de abrirse un nuevo camino, pero cada vez, que iniciaban algo, Esquire se encargaba de destruirlo, alegando que eran due帽os del nombre “Varga” y de la producci贸n del artista, al menos mientras no hubiera una sentencia que lo impidiera.
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Vargas se vio obligado a cargarle tres hipotecas a su casa y consiguiendo dinero mediante el dise帽o de pa帽oletas, corbatas, art铆culos de tocador y cuanto estuviera a su alcance, para poder subsistir. En medio de esa terrible situaci贸n econ贸mica, lleg贸 el doloroso trauma para la pareja, cuando Anna Mae debi贸 hacerse una masectom铆a radical en 1950. Estando econ贸micamente quebrados, condolido el m茅dico les financi贸 la operaci贸n.
Junto a su esposa Anna Mae.
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En 1953 Hugh Hefner dej贸 su trabajo como publicista de Esquire, tambi茅n por disputas con sus editores y fund贸 Playboy. Tres a帽os despu茅s, el nuevo abanderado de la libertad sexual, comenz贸 a publicar el trabajo de Vargas. Las "Chicas Vargas" volvieron a aparecer ocasionalmente, hasta que en 1960, las Chicas Vargas comenzaron a publicarse mensualmente. En total, Playboy public贸 152 pinturas de Vargas. Se puede decir que Playboy fue m谩s generosa que Esquire, pero no tanto. Vargas ganaba al comenzar $500 por pintura y al final lleg贸 hasta $1500 por cada obra. En los a帽os 60, la “centerfold” de Playboy y la "Chica Vargas" eran el tema obligado en los corrillos de las universidades estadounidenses y famosas a lo largo y ancho de Estados Unidos. Las "Chicas Vargas" de hecho se incorporaron a la cultura estadounidense.
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En 1958, Arequipa su ciudad natal lo recibi贸 con honores y present贸 una exposici贸n en la Universidad Nacional de San Agust铆n, durante est谩 visita Alberto Vargas don贸 dos de sus pin ups a la ciudad pero lamentablemente en los a帽os 80 estas fueron sustra铆das del museo donde se encontraban.
Dos grandes arequipe帽os, Jos茅 Luis Bustamante y Rivero y Alberto Vargas. 1958.
Diario El Deber 1ro de Octubre de 1958.
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Su trabajo era, por lo general, una combinaci贸n de acuarela y aer贸grafo, de hecho, en la comunidad de pintores con aer贸grafo, el m谩ximo galard贸n es el Premio Vargas, entregado anualmente por la revista Airbrush Action Magazine.
Vargas es considerado como uno de los mejores artistas de su g茅nero. Tambi茅n particip贸 como juez para el concurso Miss Universo entre los a帽os 1956 y 1958.
Alberto Vargas, juez del Miss Universo 1957, donde sali贸 ganadora la peruana Gladys Zender Urbina.
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Trabaj贸 duramente, se convirti贸 en ciudadano norteamericano y durante la II guerra mundial y Corea aport贸 todo su arte al esfuerzo b茅lico.
A este notable artista, Hollywood lo puso en la lista negra, Esquire lo explot贸, en 1943 los bombarderos de EEUU llevaban las "Chicas Vargas" pintadas en el fuselaje, cientos de miles de soldados americanos en todo el mundo ten铆an a las "Chicas Vargas" colgadas en sus cuarteles y en las trincheras de Europa y el Pac铆fico no faltaban tampoco.
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Cuando se comenzaron a comercializar las reproducciones de Vargas, los editores las vendieron por un total de $14 millones y un original "Spanish Lace" se vende ahora en $165.000. Un original de Ava Gardner cuesta $195.000 y "Diana" tiene un valor de $325.000. M谩s de la mitad de las obras que se venden actualmente son reproducciones, el resto son originales y hay miles de miles de copias falsificadas.
En 1974, Anna Mae sufri贸 una grave ca铆da, probable ruptura de cadera, de la cual no se recuper贸 nunca y la llev贸 a la muerte. Vargas qued贸 desolado y totalmente desamparado. Su sobrina Astrid, que viv铆a en Los 脕ngeles con su esposo y tres hijos, lo acompa帽贸, haciendo todo lo que Anne Mae hac铆a por 茅l y hasta el resto de sus d铆as lo sigui贸 haciendo. Durante 8 a帽os Astrid Vargas Conde, fue la mano derecha de su t铆o y su confidente. En 1979, Alberto Vargas y su sobrina Astrid fueron a Europa para una exhibici贸n y para visitar algunas ciudades europeas, donde fue recibido y agasajado como nunca lo fue en EEUU.
El 30 de diciembre de 1982, Alberto Vargas muri贸 de un infarto al coraz贸n a los 86 a帽os de edad, en Los Angeles California, Estados Unidos.
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Fuentes:
- https://clarencesimonsen745590793.files.wordpress.com/2019/06/the-forgotten-e2809cvargase2809d-girls-1.pdf
