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    (*Arequipa,  6 de noviembre de 1849 - † 26 de mayo de 1880) fue un militar y héroe arequipeño de la Guerra del 79 en la cual encontró la muerte durante la Batalla del Alto de la Alianza el 26 de mayo de 1880.

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    José Carlos Zacarías Llosa y Llosa, nació en la ciudad de Arequipa en el año 1849, Se bautizo en la misma fecha en la Parroquia de el Sagrario. Sus padres fueron: el coronel Toribio Llosa y  Viviana Llosa.


    Partida de Bautizo.

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    Durante su infancia y juventud fue testigo de importantes hechos de armas en su ciudad como fue la toma de Arequipa durante la guerra civil de 1856-1858 y la revolución restauradora del general Mariano Ignacio Prado en 1865 que posteriormente desembocó en la guerra con España y el glorioso combate del 2 de mayo.

    En 1879 era Sub-Prefecto de Islay cuando la guerra estalló, lo que hizo que renuncie a este cargo público para incorporarse en Arequipa al ejército activo que se encontraba próximo a salir en campaña; a petición del coronel Andrés A. Cáceres, el entonces comandante Llosa fue nombrado por el general Prado jefe de estado mayor de la división de Cáceres bajo cuyo mando hizo la primera campaña del sur al termino de la cual fue designado segundo jefe del batallón Zepita en reemplazo del teniente coronel Juan Zubiaga quien había muerto en la batalla de Tarapacá.

    El 26 de mayo de 1880 se libró la Batalla del Alto de la Alianza, en Tacna, tras ser rechazada la primera acometida de las divisiones chilenas los batallones aliados se lanzaron al ataque mandando Cáceres el Zepita y el Cazadores del Misti, durante el avance el coronel Cáceres cayó a tierra al ser muerto su caballo, mientras que poco después el comandante Llosa recibió un balazo en el pecho que lo mató instantáneamente, pese al heroísmo la batalla se perdió y los restos del ejército peruano hubieron de retirarse al altiplano. Cáceres refiere en sus memorias que a su paso por Arequipa poco después fue recibido por la familia Llosa "compartiendo con ella el dolor que la embargaba a causa de la muerte del comandante Llosa, caído heroicamente en la batalla de Tacna"

    Actualmente, una calle del barrio de San Lázaro, en el centro histórico de la ciudad de Arequipa, lleva su nombre, así como  otra en la ciudad de Mollendo. Al ser los Llosa una tradicional familia de la antigua aristocracia arequipeña, descendientes del maestre de campo español Juan de la Llosa y Llaguno natural de Vizcaya y fallecido en Arequipa en 1737 , puede ser considerado pariente del destacado escritor Mario Vargas Llosa y los directores de cine Claudia Llosa y Luis Llosa.

    La 18va brigada blindada del ejército peruano Región Centro agrupa a los batallones de tanques una de ellas la N° 223 se llama "Coronel Carlos Llosa" . 

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    Fotografía en el Museo Histórico Municipal "Guillermo Zegarra Meneses" en Arequipa.


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    Vió la luz de la existencia en la ciudad del Misti, el 4 de Noviembre de 1849, siendo fruto legítimo del matrimonio del Coronel don Toribio Llosa con la señora Viviana Llosa de Llosa.

    La primera educación la terminó con brillo en el "Colegio de la Independencia",  y cursó dos años en  la Universidad de San Agustín; pero la carrera de su padre era la elegida por su afición, así es que en 1867 obtuvo permiso de sus padres para abrazar la profesión militar y sentó plaza de Teniente en el batallón Arequipa núm. 7 siendo uno de los fundadores de ese cuerpo.

     Llosa llevó al cuartel la esmerada educación del hogar y no es, pues, de extrañarse que allí se distinguiese inmediatamente por sus maneras aristocráticas, su porte caballeresco y el cumplimiento es­tricto de la disciplina.

     
    Hizo la campaña de la restauración,  y el 11 de Enero de 1868 ascendió á capitán graduado, obteniendo la efectividad en 7 de Junio de 1872 durante el Gobierno del Coro­nel Balta.  Cuando estalló la tremenda avalancha de la dictadura Gutiérrez, Llosa, junto con otros militares distinguidos, se retiró á la vida privada, observando una conducta digna en la revolución del día 22 de Julio como lo hizo constar el Coronel Coello, Jefe del Batallón Callao. Restablecido el orden constitucional, fué  llamado Carlos al servicio por el malogrado Coronel Herencia Zeballos; y fué graduado de Sargento  Mayor, y una vez hecho Jefe marchó á la campaña de Ayacucho y asistió al combate de Pacopata, el 22 de Agosto del 73, á órdenes del heroico General Silva. 

    En 9 de Noviembre del 74 recibió la efectividad de su clase é hizo la campaña de Moquegua, asistiendo al combate de Buenavista á órdenes del Contra-Almirante Monte­ro, donde cayó gravemente herido; el 28 de Enero del 75 fué ascendido á Teniente Coronel y nombrado tercer Jefe del "Zepita" donde sirvió al lado del General Cáceres cuya amistad y distinciones fueron la mejor prenda de su vida militar.

    Cuando estalló la guerra con Chi­le que nos ha robado las mejores existencias de nuestros hermanos, Carlos Llosa desempeñaba la Sub-prefectura de Mollendo y le tocó ser el primero que cambió balas con el "Cochrane" y una cañonera chilena, portándose con el denuedo que le valió las felicitaciones  del Presidente Prado y la de los jefes caracterizados del Ejército. Llosa anhelaba por merecer un puesto en el centro de las operaciones, y ob­tuvo pasar á Arica y nombrado accidentalmente Jefe del "Zepita" por haberse nombrado Comandante General de la 1°División al entonces Coronel Cáceres.  

    Con ese brillante cuerpo del Ejército, modelo por su moralidad y valor, concurrió  Carlos Llosa á  la Batalla del "Alto de la Alianza" como lo prometió á sus compañeros de armas al comenzar el combate, disputó palmo á palmo el laurel de la victoria para la Patria, y solo obtuvo la gloria de los héroes, regando con su sangre el campo de batalla y rindiendo la existencia en la flor de su edad, junto al pabellón nacional.

    Arequipa honró la memoria de Carlos Llosa, su predilecto hijo, celebrando suntuosas honras fúnebres en el templo de la Merced, el 9 de Julio de 1880. Sus restos aún yacen en solitaria playa, pero su recuerdo glorioso vive en el corazón de la República agradecida."


    Artículo en el Semanario "El Perú Ilustrado" Nº. 171, Lima, 16 de agosto de 1890.

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    TEXAO. Juan Guillermo Carpio Muñoz.




    Homenaje al Coronel Carlos Llosa en el mausoleo familiar, en el cementerio de la Apacheta , Arequipa.

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    El 17 de diciembre de  1890, llegarían sus restos a la ciudad de Arequipa donde s ele hizo una solemne ceremonia. la historia y los estudios forenses, más tarde demostraría que  su cuerpo aún se encontraba en las arenas del Alto de la Alianza y fue finalmente en 2018  que La Municipalidad Provincial de Arequipa rendió póstumo homenaje al Héroe Nacional.

    La descripción de este solemne acontecimiento lo describe el diario El Deber en su edición del día 18 de diciembre de 1890: https://eap.bl.uk/archive-file/EAP726-1-1-1-38


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    Calle Carlos Llosa en Arequipa.


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    El Caso "Felipe"

    Han pasado 138 años de esa sangrienta batalla, en el que murieron cientos de peruanos y bolivianos. En el año 2015, el gobierno de Bolivia pidió el apoyo del Ministerio de Cultura peruano para investigar lo que en ese tiempo fue el campo de batalla del Alto de la Alianza, trabajo que fue iniciado por la Marina de Guerra y la arqueóloga cusqueña Milena Vega-Centeno. 

    Con las excavaciones se rescató los cuerpos de dos soldados bolivianos y el de un oficial peruano. Los restos de los extranjeros fueron repatriados y recibidos como héroes de guerra en su país. Vega-Centeno fue condecorada en La Paz por el trabajo desarrollado. 

    De regreso a Lima, la especialista recibió el encargo de estudiar los restos del oficial peruano y contó con el apoyo incondicional de los bomberos de la compañía Garibaldi Nº 6, de Chorrillos, herederos de aquellos heroicos rescatistas que fueron asesinados por la soldadesca chilena durante el incendio y posterior saqueo del balneario limeño. Allí les prestaron un ambiente especial con temperatura adecuada para conservar el cuerpo y lograr la identidad del soldado desconocido al que le pusieron el nombre de "Felipe".

    El cadáver tenía las siguientes características: No era muy alto, tenía 1.65 metros, su cuerpo fue saqueado, no llevaba su sable ni sus cartucheras cuando fue encontrado, ya que le quitaron hasta los botones de su saco, en el bolsillo de su chaqueta encontraron un libro de urbanidad y buenas costumbres, que en esos tiempos era indispensable conocer para la gente que habitaba la ciudad. Algo que llamó la atención, era que también, en medio de las hojas del libro que se pudo recuperar, había un dibujo del monitor Huáscar, capturado un año antes, hecho con tinta.  Se incluía en la libreta cuatro inscripciones con el nombre de una mujer: Ángela Morales.

    A pesar del saqueo realizado a sus pertenencias, antes de ser enterrado en el propio campo de batalla, se le encontró prendido en el saco del uniforme, un detente de seda hecho a mano con la imagen del Corazón de Jesús, que todavía mantenía la sangre del soldado.

    Por los estudios realizados al cuerpo, habría recibido un disparo en el abdomen, se presume se dio la vuelta para protegerse, pero luego recibió otro tiro que ingresó por la espalda y que le quebró la columna vertebral. Por las evidencias se cree que el tercer disparo fue dado en el denominado “repase” que hicieron los chilenos con los combatientes para asegurarse que nadie quedara con vida, dado que el disparo de fusil a boca de jarro que le dieron, le quebró la mandíbula, le atravesó el cuello y salió por debajo de su axila. Luego tenían la costumbre de sacar todo lo que tuviera algo de valor. 

    Durante meses el equipo de especialistas, se enfocó en analizar cada una de las prendas de este oficial anónimo. Encontraron así, pegados a su polaca, cuatro botones, los únicos que se conservaron después del saqueo del que fue víctima al término de la batalla.

    “Son botones dorados con rasgos distintivos del Perú pero fabricados en Francia. Según los partes de guerra, en el Alto de la Alianza murieron 80 oficiales, uno de los cuales sería Felipe. En estos momentos estamos investigando cuál de ellos podría ser él”, comentó a la agencia Andina.

    Un detalle que destaca la arqueóloga es la costura de una pinza a la altura de la cintura en la parte de atrás del pantalón, al parecer porque el militar habría bajado de peso y tuvo que ajustar su prenda. 

    Pero también en su saco, dañado por cortes y roturas a causa de sus labores días previos a la batalla, hay costuras. Son zurcidos delicados, realizados por manos expertas, sostuvo la especialista. Lo que muestra lo cuidadoso que fue Felipe con su presencia, afirmó.

    Sin embargo, su indumentaria no es la única que comunica a pesar del siglo transcurrido. Sus huesos también lo hacen. Felipe fue un hombre de manos y pies delgados, delicados, con frondosa barba y cabellera al estilo europeo, que dicho sea de paso, no se le permitía a la tropa. Además de haber sido muy velludo en las piernas, señaló la especialista.

    “Definitivamente fue mestizo, su biotipo no es andino, además se deduce que tuvo nariz aguileña, y que medía no más de un metro con 67 centímetros”.


    Gracias a la arena salitrosa del campo de la Alianza, en el que ‘Felipe’ estuvo enterrado por tanto tiempo, el cadáver fue conservado en un muy buen estado. Vega Centeno y su equipo iniciaron un proceso de descarte. Se  tardo mucho tiempo para dar con la identidad del militar, realizando estudios de ADN, así como la reconstrucción del rostro , además de investigar detalles de su muerte con el análisis de la ropa, fluidos y hasta de las tupas larvarias halladas en el cadáver, entre otros. 

    Los archivos militares permitieron conocer la cantidad de oficiales de cada batallón y elaborar expedientes para cada uno de ellos. Realizaron además entrevistas a varios descendientes de los combatientes. Fue así como la arqueóloga contactó a la familia Llosa.

    Alfredo Llosa Barber, banquero de profesión pero entusiasta por la genealogía de la familia Llosa, ya había estado investigando sobre su tío bisabuelo Carlos Llosa Llosa. Juntos, Llosa y Vega Centeno lograron complementar la información sobre el héroe. Sin embargo, antes de confirmar la identidad de este, el equipo de arqueólogos, con la ayuda de Alfredo Llosa, debía descartar que el cadáver de Llosa Llosa no se encontrase en la Cripta de los Héroes en el cementerio Presbítero Maestro ni en la Cripta familiar Llosa Abril en el cementerio de Arequipa.

    Fue así como el cruce de la información histórica recabada, la lista de oficiales, los análisis forenses, las entrevistas a los descendientes, la complementación de historias familiares de Alfredo Llosa Barber y el descarte de un cadáver de Carlos Llosa Llosa, determinó que ‘Felipe’ era, efectivamente, José Carlos Zacarías Llosa Llosa, fallecido en mayo de 1880.


    Tras las investigaciones de 2016 y 2017 el cadáver se encontraba en  la Escuela Militar, en lo que es la primera sala de arqueología asociada al Ejército. Pero ese año se pensaba trasladar al cuerpo  al Real Felipe, donde se le asignaría un espacio para perennizar su memoria. En diciembre del 2016 se le otorgó la "Medalla del Combatiente Mariscal Andrés A. Cáceres”, por su acción distinguida en la guerra y fue reconocido como Héroe Nacional, por resolución de la Comandancia General del Ejército. También se le otorgó la Condecoración “Cruz de Guerra al Valor” por su acción heroica durante la Batalla del Alto de la Alianza, por resolución del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

    Artículos en https://andina.pe    y   https://geneasud.blogspot.com



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    Controversia

    Enrique Chávez Jara es un historiador arequipeño y exdocente universitario que no aceptó  las conclusiones de Patricia Vega. Con el libro Crónicas de Islay y Mollendo (1986) -de Mateo Francisco Velarde Herrera- en sus manos, advierte que Carlos Llosa fue enterrado en La Apacheta en 1890, 10 años después de su muerte. Todo ese tiempo estuvo oculto, tapado con un poco de arena en el campo de batalla.

    “El libro se basa en una publicación del diario La Bolsa del 18 de diciembre de 1890, donde cita que los restos del coronel Llosa llegaron al puerto de Mollendo. Los pobladores querían que sea enterrado ahí, pues Carlos Llosa había sido subprefecto de Islay, pero sus familiares pidieron que sea trasladado a Arequipa, y así fue”, cuenta Enrique.

    Además, en el mausoleo de la familia Llosa Llosa, en La Apacheta, su nombre está escrito desde esa época:   “Muerto en el Campo de la Alianza + Mayo 26 de 1880”.

    La Beneficencia Pública de Arequipa ordenó al maestro ‘marmolero’ Daniel Hilpa Ylpa que restaure la lápida mortuoria para recibir el cadáver de Felipe. Creen que es el verdadero Carlos Llosa.

    Pero Guillermo Hercilla Valcárcel, historiador y estudioso de La Apacheta, advierte que es posible que la tumba de Carlos Llosa esté vacía y que solo hayan grabado su nombre sobre su lápida, como ocurre en muchos mausoleos.

    Sucede que en plena Guerra del Pacífico varias familias recurrían a esta estratagema para tener un lugar dónde llorar a sus muertos que habían sido sepultados en parajes inhóspitos. Ubicarlos y exhumarlos se les hizo imposible.

    Pese a esta posibilidad, hay otros historiadores y exmilitares que aseguran que Carlos Llosa sí yace en su tumba de La Apacheta.

    Jesús Mogollón es asesor histórico de la Marina de Guerra del Perú y fundador de la Brigada Naval Combatientes del Pacífico, equipo de investigadores que, en 2008, le dieron las coordenadas del lugar de los entierros a la arqueóloga Vega Centeno.

    Ese año la Brigada halló los restos de un soldado boliviano, que fue repatriado con honores a su país. Pero en la expedición de la arqueóloga cusqueña encontraron dos cadáveres más de bolivianos, que pertenecieron al batallón Sucre Nº 2, y a Felipe.

    Jesús Mogollón no estuvo en el descubrimiento, pero sus compañeros sí. Ellos tomaron fotografías de los restos del soldado.

    Uno de ellos fue Percy Graham, quien asegura que Felipe no es el coronel Llosa, sino un “soldado común”.

    “El coronel Llosa pertenecía a la infantería y luchó montado en un caballo. Tuvo que haber tenido botas y no un botín como el que se encontró (a Felipe)”, reflexiona.

    A ellos se suma César Pérez, un exsoldado del Ejército Peruano que  en los últimos años ha equipado un museo personal sobre la Guerra del Pacífico en su casa de Socabaya. Tiene cientos de artículos de la guerra con Chile que encontró en sus expediciones.

    Los tres dudan que la arqueóloga tenga conocimientos claros sobre la guerra con Chile.

    Creen que su “descubrimiento” no es más que un cuento para ganar protagonismo.

    “Definitivamente no es Carlos Llosa, sino un soldado común, que igual merece ser recibido como héroe porque luchó por el Perú”, arguye. 


    Pese a todos estos argumentos, la arqueóloga Patricia Vega, a través de un vocero, aseguró a Sin Fronteras que tiene pruebas para demostrar que los restos que llegarán el 24 de mayo a Arequipa sí son de Carlos Llosa Llosa. Las mostrará -anunció- el 10 de mayo en una conferencia de prensa.  (Artículo en el Diario Sin Fronteras).


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    Finalmente en 2018  La Municipalidad Provincial de Arequipa rendió póstumo homenaje al Héroe Nacional, Teniente Coronel José Carlos Zacarías Llosa y Llosa, cuyos restos llegaron a la  ciudad el el lunes 24 de mayo para ser sepultado, al día siguiente, en el cementerio general en ceremonia donde participarán la familia del oficial peruano, los altos mandos militares, autoridades y la población.

    En conferencia de prensa se informó la constitución del Teniente José Carlos Llosa como el Movilizador del referente de Identidad y Cultura de la región Arequipa, los reconocimientos otorgados por su valiente participación en la Guerra con Chile, los avances técnicos y legales de los miembros del comité multisectorial. En esta labor se unieron la Municipalidad de Arequipa, Beneficencia Pública, Gobierno Regional, Ministerio de Cultura, y Policía Nacional.





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    Fuentes:

    * Mateo Francisco Velarde Herrera "Crónicas de Islay y Mollendo", Ministerio de Marina, 1986

    * Santos Mendoza, Arturo. "Intervención de Arequipa en la Guerra con Chile". Edición E.I.R.L., Arequipa, Perú.

    * Santos Mendoza, Arturo. "Arequipa: Juicio a la Guerra del 79". Ecoval, 2003.

    *Texao, Tomo II. (fotografías).

    1. Alfonso Cueva Sevillano "Diccionario histórico biográfico: peruanos ilustres‎" - Página 367

    2. Carta del coronel Cáceres al general Prado solicitando el nombramiento del comandante Llosa como jefe de estado mayor de su división, inserta en "Recopilación de Partes y documentos de la guerra del pacífico" de Carlos Milla Batres

    3. Andrés A. Cáceres "Memorias de la Guerra del 79" pág. 61

    4. "Vargas Llosa entre el mito y la realidad: posibilidades y límites de un escritor latinoamericano comprometido" por Julio Roldán

    5. Genealogía de Juan de la Llosa y Llaguno.

    6. andine/agencia/noticia-soldado-desconocido-felipe-fue-oficial-infanteria-del-ejercito-650518.aspxa.p

    7. https://elmontonero.pe/columnas/la-identidad-de-felipe-un-misterio-por-resolver

    8. https://geneasud.blogspot.com/2018/02/arequipeno-muerto-en-alto-de-la-alianza.html

    9. https://www.diariosinfronteras.pe/2018/05/05/traeran-cadaver-del-heroe-de-guerra-que-figura-como-enterrado/#:~:text=Cientos%20de%20personas%20y%20escolares,el%20Alto%20de%20la%20Alianza.

    10. https://www.familysearch.org

    11.  Diario EL DEBER 18 de diciembre de 1890.

    12. https://larepublica.pe/sociedad/1240518-enterraran-arequipa-restos-heroe-guerra-pacifico/