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    (*Arequipa, 15 de agosto de 1873 -  † Lima, 25 de mayo de 1938). Abogado, político, diplomático y escritor arequipeño . Fue diputado por Arequipa (1919-1923); presidente de la Cámara de Diputados (1921-1922); ministro de Fomento y Obras Públicas (1921 y 1925-1926); alcalde de Lima (1922); ministro de Gobierno y Policía (1922-1924); ministro de Relaciones Exteriores (1926-1930) y presidente del Consejo de Ministros (1926-1929). Fue también senador (1929-1930). Como canciller suscribió en Lima, con el embajador chileno Emiliano Figueroa Larraín, el Tratado de 1929, llamado también Tratado Rada y Gamio - Figueroa Larraín, que puso fin a la cuestión de Tacna y Arica, y fijó los límites definitivos de la frontera peruano-chilena.

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    Datos Biográficos



    Sus padres fueron: José A. Hipólito Rada y Paz Soldán y Juana de Gamio y Ugarte.  Estaba emparentado con la más alta nobleza española, pues era sobrino de Juan Mariano de Goyeneche y Gamio, Conde de Guaqui y Duque de Gamio.

    Pedro José Mariano Rada  Gamio,  se bautizó en la Parroquia de El Sagrario el 16 de agosto de 1873. 


    Partida de Bautizo.

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    Sus hermanos fueron: Consuelo Rada y Gamio ,  Carmen Rada y Gamio †1943,  Pablo Antonio Rada y Gamio,  Josefina Rada y Gamio, y  Hortensia Rada y Gamio. Su hermano, Pablo Antonio , fue Diputado por la provincia de La Unión (1939-1945).  Contrajo matrimonio con Sara Ricketts y Murga, con quien no generó descendientes. En un segundo matrimonio, con Manuela Grasso Rojas, tuvo una hija: Juanita Rada Grasso, quien se casaría con Herbert Villanueva Meyer. 

    Familia Rada Gamio en 1920.

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    Cursó sus estudios escolares en el colegio particular Docarmo en Arequipa. Contaba con quince años de edad cuando ingresó a la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, donde se graduó de bachiller en Filosofía y Letras (1890); y de bachiller (1893) y doctor en Jurisprudencia (1896). Se recibió de abogado en 1894.


    La Calle San Agustín a inicios del siglo XX, al fondo vista del local de la Universidad del Gran Padre San Agustín.

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    Trayectoria



    En 1895 se graduó de doctor en Jurisprudencia con la disertación titulada “ El fundamento del Derecho", y en 1896, de bachiller en Ciencias Políticas y Administrativas, “según consta del acta a fojas 35 del libro respectivo”.

    En 1897 se inició en la docencia, regentando la cátedra de Literatura Castellana en la universidad arequipeña; pero ese mismo año fue elegido diputado suplente por la provincia de Arequipa y se incorporó a su cámara, en cuya mesa directiva fue secretario (1899). Aprovechó su estancia en Lima para graduarse de doctor en Ciencias Políticas y Administrativas por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1898). Se mantuvo en la función parlamentaria hasta 1903.

    De vuelta en Arequipa, colaboró en los diarios El Deber y La Bolsa. En 1911, bajo el primer gobierno de Augusto B. Leguía, viajó a Italia como secretario de la legación acreditada ante la Santa Sede, siendo luego promovido a encargado de negocios. En ese mismo cargo lo ratificó Billinghurst y luego Pardo, en su segunda administración.


    Perteneció Rada y Gamio a la Unión Católica de Caballeros del Perú y en 1917 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Historia de Madrid.

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    Político del Oncenio




    En 1918 regresó al Perú. Poco después fue elegido diputado por Arequipa ante la Asamblea Nacional de 1919, la misma que redactó la Constitución Política de 1920. 


    Diputado a la Asamblea Nacional de 1919.  De su labor parlamentaria debe señalarse que fue uno de los defensores de la indisolubilidad del matrimonio. El diario “El Deber” del miércoles 23 de marzo de 1921, mediante un artículo firmado por Oscar G. Mantilla, dijo: 


    “Líder de la mayoría de su Cámara, frente a ella ha librado las más rudas batallas, haciendo derroche de una oratoria digna de la majestad de un parlamentario. Su arma en las contiendas parlamentarias, nunca ha sido el insulto de arrabal, ni la frase efectista de un Danton o un Robespiere cuando no de un Marat, a quien tanto se aterran los oradores de nuevo cuño, que, sin sólida cultura, se engolfan en el tratado de timón, que es para los parlamentarios improvisados, lo que un manual de túncionarios para las accidentales autoridades provincianas. Su arma en las justas de su Cámara, ha sido la crítica sólida, pictórica de ideas elevadas. Esgrimiendo esa arma, luchó contra la ley del divorcio. No venció en esa contienda. Cayó aplastado por la fuerza del número. La malhadada ley se aprobó. Dejó a sus contendores el triunfo, pero él se llevó la gloria. La solidez de sus ideas, sus argumentos irrefutables, determinaron más tarde el veto de esa ley”.


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    Lo más procedente, sería en todo caso, respetar la libertad que tiene cada uno de casarse religiosamente o civilmente. “Sería, afirma, una forma de arreglar o de coordinar hasta don­de sea posible las dos tendencias: sería resolver con un espíritu de libertad el problema ”.

    Ambos proyectos, de matrimonio civil obligatorio y divorcio con ruptura de vínculo, fueron finalmente aprobados en el Senado en 1918, y en la Cámara de Diputados en 1920. El Poder Ejecutivo, sin embargo, formuló observaciones y el asunto no volvió a ser tocado durante todo el gobierno de Leguía.

    Cuando el presidente Augusto B. Leguía, por Decreto del 7 de marzo de 1921, recompone su gabinete ministerial, don Pedro José Rada y Gamio fue nombrado Ministro de Fomento.

    Un cronista comentó en la edición vespertina del diario "El Deber" de fecha 8 de marzo de 1921, la designación de don Pedro José, expresándolo a su modo: “



    Figura entre los consejeros de! gobierno, como Ministro de Fomento, el Dr. Pedro José Rada y Gamio, notable político e intelectual arequipeño. La foja de servicios que ha ganado últimamente en las arenas parlamentarias, como leader de la causa católica y defensor de los fueros del gobierno, le dan suficiente mérito para desempeñarla cartera de Fomento. Para el puesto tiene un caudal suficiente de experiencia, preparación y amor a la patria”.


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    Se mantuvo como diputado en las legislaturas siguientes del Congreso Ordinario, hasta 1923, siempre apoyando al gobierno del presidente Augusto B. Leguía, régimen que después sería conocido como el Oncenio. De 1921 a 1922 fue presidente de la Cámara de Diputados.


    Gozando de la amistad y confianza de Leguía, se convirtió en uno de los principales hombres del régimen. Fue sucesivamente ministro de Fomento y Obras Públicas (1921 y 1925-1926); alcalde de Lima (1922); ministro de Gobierno y Policía (1922-1924); ministro de Relaciones Exteriores (1926-1930) y presidente del Consejo de Ministros (1926-1929). Asimismo, fue elegido senador por Arequipa (1929-1930).


    En Arequipa contribuyó a la realización del puericultorio de la ciudad , al cual apoyó desinteresadamente y colocó el nombre de "Juana Gamio" , en memoria de su amada madre.


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    Ministro de Fomento



    Como ministro de Fomento y Obras Públicas se destacó por el impulso que dio a las obras de saneamiento y ornato de la ciudad de Lima, en el marco de la celebración del primer centenario de la Independencia (1921). 

    El 27 de julio de 1921, al ser elegido Presidente de la Cámara de Diputados, Rada y Gamio pronunció las siguientes palabras:


    DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS,
    DOCTOR PEDRO JOSÉ MARIANO RADA Y GAMIO

    Señores Diputados:

    Es bajo el peso de intensa emoción que os expreso, en estos solemnes momentos de la vida de la República, mi más profundo, mi más leal agradecimiento por el honor que os habéis dignado discernirme, olvidando mis cortos merecimientos, al otorgarme vuestra confianza, para colocarme en el altísimo sitial de Presidente de la Cámara de Diputados.

    Recibid, pues, señores, la expresión de mi sincero reconocimiento, que no puede encontrar en mi límite alguno cuando contemplo que es en la magna efemérides de nuestro centenario nacional, cuando celebramos la epopeya gloriosa de los padres de la patria, cuando me toca ocupar ese puesto.


    Creed, señores Diputados; creed, estimados compañeros, que ante la gloria de nuestros próceres, que ante la gloria de San Martín, de Bolívar, de La Mar, de Gamarra y de cien otros que contribuyeron a la formación de la República, os prometo que trataré de desplegar toda la energía de mi espíritu para ser digno de vuestra confianza y para servir con desinterés, con abnegación y con sacrificio, si necesario fuese, los altos, los grandes, los permanentes intereses de la República.

    Y junto con mi agradecimiento hacia vosotros, señores Diputados, creo en este momento interpretar vuestros sentimientos enviando un saludo a las embajadas y delegaciones extranjeras que han venido a visitarnos para confundirse con nosotros, en estrecho abrazo, y acompañarnos a rendir el homenaje de nuestra admiración en honor de aquellos fundadores de la República, de aquellos que nos dieron patria y libertad; y un saludo, también, para el glorioso estadista, que ya puede decirse que se encuentra inscrito en la inmortalidad de nuestra historia.

    Recibid, pues, mi gratitud, y recibidla también vos, señor ex Presidente de la Cámara de Diputados ( Se refería al saliente Presidente de la Cámara de Diputados, Juan de Dios Salazar y Oyarzábal) , por las frases que vuestra benevolencia se ha servido dedicarme.

    Y como conclusión a mis breves palabras, ofrezcamos el homenaje de la Cámara de Diputados, que es el de la República y de la Democracia Nacional, a los pueblos que se han asociado a nuestro centenario, actitud que en el fondo de nuestros corazones representa el homenaje más grandioso a la epopeya de la libertad del Perú, epopeya que aún no ha encontrado al Homero que le cante.

    Pero en su momento se hizo célebre más que nada por los discursos excesivamente laudatorios que dedicó al presidente Leguía, a quien en cierta ocasión le regaló, a nombre de todo el gabinete ministerial, un retrato suyo al óleo, explicándole así el motivo de tan singular dádiva: «No hemos encontrado nada digno de ofreceros: sólo vuestra propia efigie».

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    Durante su periodo como ministro de Gobierno y Policía se inauguró la Escuela de Guardia Civil, Seguridad y Policía, así como el Sifilicomio, establecimiento destinado a combatir las enfermedades venéreas (1922). 


    Retrato de Pedro Rada y Gamio, en la pinacoteca Ignacio Merino en Lima, óleo de 1922, obra del pintor  Alejandro Gonzáles (Apurímak).

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    El 14 de enero de 1927 tras gestiones suyas, el Presidente Augusto B. Leguía  obsequia al Colegio de abogados de Arequipa una Biblioteca jurídica, la cual lleva el nombre de "Hipólito Rada", en homenaje al padre del biografiado.  La biblioteca se componía de 500 volúmenes  encerrados en  artísticos estantes. 


    Empleó también al Ejército para combatir el bandolerismo que asolaba los campos. Como canciller, se le recuerda por haber suscrito en Lima, con su par chileno Emiliano Figueroa Larraín, el Tratado de 1929, que puso fin a la controversia de la soberanía de las provincias de Tacna y Arica. De acuerdo a este Tratado, Tacna retornó al seno de la patria peruana y Arica permaneció en poder de Chile (3 de junio de 1929). Pero en su momento se hizo célebre más que nada por los discursos excesivamente laudatorios que dedicó al presidente Leguía, a quien en cierta ocasión le regaló, a nombre de todo el gabinete ministerial, un retrato suyo al óleo, explicándole así el motivo de tan singular dádiva: 

    «No hemos encontrado nada digno de ofreceros: sólo vuestra propia efigie».




    Recorte Diario EL Deber del 27 de julio de 1928.


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    Cuando Leguía fue derrocado por la revolución de Sánchez Cerro el 24 de agosto de 1930, ocupaba un escaño parlamentario como Senador por Arequipa. El  nuevo régimen sometió a persecución a todos los prohombres del leguiísmo. Rada y Gamio fue apresado y confinado en la Isla San Lorenzo, pero enfermó y pasó desterrado a Arica, donde permaneció varios años, hasta que pudo retornar a Lima.

    "Él, dice Guillermo Zegarra Meneses en su “Historia del Colegio de Abogados de Arequipa, fue la figura más influyente en el régimen leguiísta".

    Rada y Gamio en sus últimos años se apartó de la vida pública y murió en la ciudad de Lima el 25 de mayo de 1938. De su muerte dio cuenta “El Comercio” del 28 de mayo de ese año, de manera extremadamente breve: 

    “Ayer ha dejado de existir en esta capital, después de larga dolencia, el doctor Pedro José Rada y Gamio, conocido hombre público, muy vinculado con respetables familias de Arequipa y de nuestra sociedad".

    Retrato de Pedro Rada y Gamio, en el  Palacio Legislativo, Galería de los Presidentes de las Cámaras de Diputados y del Congreso de la República. Óleo de Raúl María. 

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    Obras escritas


    Se recuerda a Rada y Gamio mayormente por haber sido uno de los más importantes ministros del Oncenio de Leguía y por haber dado su nombre al Tratado con Chile de 1929, olvidándose injustamente su valioso aporte a las letras. Escribió múltiples artículos periodísticos en El Deber (Arequipa) y El Bien Social (Lima) así como en diversos diarios y revistas. Era miembro de la Reales Academias Españolas de la Lengua, de la Historia y de Legislación y Jurisprudencia de Madrid; de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, de la Academia de los Arcades de Roma y del Colegio de Abogados de Lima, además de Comendador de la Orden Pontificia de San Gregorio Magno.

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    Estudios Históricos


    • El arzobispo Goyeneche y apuntes para la historia del Perú (1917)
    • Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa (1950).



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    Ensayos


    • El Quijote (1890).
    • El cristianismo ante la Historia (1894).
    • Apuntes sobre el estudio del Derecho en el Perú (1894)
    • Proyecto de Código de Agricultura (1902).
    • La mujer incomparable (1914), sobre Santa Teresa de Jesús
    • La Rosa peruana (1915), sobre Santa Rosa de Lima.
    • La Cristiada (1917).
    • El Perú antiguo (1917), con edición en italiano.
    • La actitud del Papa ante la guerra (1918).
    • Las reivindicaciones peruanas (1919).





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    Referencias

    • Basadre Grohmann, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición, corregida y aumentada. Tomos 12 y 13. Editada por el Diario "La República" de Lima y la Universidad "Ricardo Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.
    • Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 14, QUI/SAL. Lima, PEISA, 2001. 
    • Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000.
    • Mario Rommel Arce. Arequipeños que Hicieron Historia, Arequipa 2007.
    • https://www.congreso.gob.pe/Docs/participacion/museo/congreso/files/files/pedro_rada.pdf
    • https://www.familysearch.org