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    Escritora, periodista  y poetisa . Nació en Arequipa el 19 de octubre de 1903 . Hija de Eleodoro M. del Prado Bustamante (Ex Alcalde y Prefecto de la ciudad de Arequipa)  y Carmen Julia Chávez Núñez. Estudió en las escuelas regentadas por María Josefa Callo y Josefa Somocurcio, y la secundaria en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús.


    Desde muy pequeña tuvo vocación por el periodismo y la declamación. En el año de 1924, cuando radicaba en Lima en compañía de tu familia, comenzó a publicar páginas de su diario de indiscutible interés literario.


    En la capital integró el grupo Amauta, guiado por el gran escritor y poeta José María Eguren, y muy joven comenzó a escribir prosas poéticas que fueron alabadas por José Carlos Mariátegui.


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    En 1929 viajó a  Santiago de Chile, donde  trabajo en la Revista de Educación, al siguiente año , en 1930 viajó a Córdova (Argentina). En este último país contrajo matrimonio con el conocido pintor José Malanca y  comenzó su vida literaria con mayor limpieza y armonía, al igual que su prosa descriptiva de los paisajes arequipeños, fue tomando fuerza.


    Con José Américo Malanca, tuvo tres hijas: Alicia, Ana María y Carmen.



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    También escribió para el diario Noticias. En mayo de 1929 publicó un articulo titulado La simbolización del balompié por Guillermo Mercado, donde anuncia un recital del poeta acompañado del músico Roberto del Carpio. que se realizó en el Teatro Arequipa- Es autora de los libros: Caima (Buenos Aires, 1933), Las días de sol (Córdova. 1938), En todos los olvidos . (Córdova.1946) , Cuentos Poemáticos  (Córdova. 1947) , Yo no quiero mirar la primavera (lima, 1968) y Relatos arequipeños y poemas.


    "Blanca del Prado protagoniza una aventura poética que la lleva desde un inicial, delicado ruralismo ( Caima, 1933) hasta un patético tono elegíaco (motivado por la muerte del pintor José Malanca, su esposo) que impregna su obra última. Entre un extremo y otro, sus demás libros dan cuenta de una purísima voz lírica que recorre con intensidad diversas estancias del ser y del acontecer" (Jorge Cornejo Polar. La poesía en Arequipa en el siglo XX. Estudio y antología.  Lima-Arequipa : CONCYTEC : UNSA, 1990, p. 23).


    Falleció en la ciudad de Córdoba  Argentina el 13 de octubre de 1979.



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    [...]Dos líneas sostienen temáticamente la estructura de la poesía de Blanca del Prado en sus primeros libros: Caima, (1933), Los días de sol, 1938. Una es la aproximación entrañable, casi religiosa al paisaje natal. La otra, una evocación nostálgica de personajes y circunstancias de su querida Arequipa. Los libros siguientes, En todos los olvidos, (1946), y Cuentos Poemáticos, (1947), renuevan esta visión mágica del mundo natural y aunque no se la mencione, el recuerdo de la tierra sigue jugando papel importante. Los dos últimos libros –Yo no quiero mirar la primavera, (1968), y Elegías, (1979)– dan cuenta de un cambio mayor. Y es que en 1967, al morir su esposo, la cristalina voz de Blanca se oscurece, el tono elegíaco predomina y revela la intensidad de un gran amor al que la muerte del amado ha sumido en la desolación. Lo que no cambia es la forma. De comienzo a fin su obra está escrita en prosa poética, modalidad difícil que Blanca maneja con maestría admirable.

    “Desde el recuerdo, maduran en mis ojos del pueblo” es el inicio de un texto. Y este verso podría servir de cifra a Caima, conjunto de delicadas prosas poéticas que brotan cálidas de una memoria que la lejanía aviva y la nostalgia estremece. El libro, trabajado con gran amor por las palabras, revela también un tino especial para jugar con su sonoridad: “Rosa, jardín, paloma, viento, niña, nube, cielo, azul, sol, agua, canto...” se lee en el poema apropiadamente titulado Canto. Confiesa Blanca que enseñó estas “candorosidades” a Mariátegui, quien las calificó de poemas y así se animó a publicarlas.

    Los días de sol renueva la comunión de Blanca con el paisaje y algunos personajes característicos. Pero el libro ofrece varias novedades: el sentimiento maternal ya insinuado al final de Caima por un lado, la utilización de la forma narrativa en dos pequeños relatos por otro. Y la aparición inesperada de un hermoso canto a los muertos de la guerra civil española: Qué silencio tan alto se ha formado en mis palabras, porque no existe un nombre que fulmine el pesar de España. Es el silencio de los miles de muertos en España.

    La memoria del corazón está detrás de muchos de los textos de En todos los olvidos, conjunto de prosas poéticas en las que la amorosa consideración del paisaje es –rasgo característico en la obra de Blanca– el motivo principal. El tema del tiempo comienza a aparecer con fuerza (Sobre el tiempo, Corazón de la tarde, En las márgenes del tiempo) y no falta alguna arte poética como El pálido clima o Cuando todo se torna canción algunos días.

    Unas palabras finales para Elegías. Testimonio de inmenso dolor ante la muerte del esposo, estas prosas poéticas están lejos de la queja sensiblera o el lamento melodramático. Estamos sólo ante la pena honda transfigurada en alta poesía. Yo no quiero mirar la primavera, el intenso poema inicial da la tónica del libro: Yo no quiero mirar la primavera, yo no quiero mirar siquiera la paloma llevando esos días azules en el pico. Ido el amado todo parece perder sentido.

    Las prosas poéticas de Blanca del Prado constituyen sin duda una estancia importante en el proceso de la poesía peruana del siglo XX. Y su vida consagrada al amor y a la poesía son ejemplares. No hay que olvidarlo. [...]Blanca del Prado, una figura olvidada Por Jorge Cornejo Polar Fuente: Expreso, Lima 20/06/04

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    En el año 2005, El Consulado General del Perú y la Universidad Nacional de Córdova le rindieron un homenaje póstumo.



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    Caima


         Mañanita serrana. Dios en el alba. Mañanita serrana: tanca galanteadora en la flor del durazno; polvo del camino blanco de los carneros; porvenir en las lampas de los peones. El mañana en los surcos. Charanguito tempranero que acomoda un amor en yaraví. Mañanita, mañanita retama al sol que florece en mis ojos.

               
           
             Desordenado cuento celeste para tus ojos colegiales: quince años: anémicos estudios lentos de piano; flores en el mes de María; rezos cansados en las ojeras de la monja; corredores: cantos que se quisiera oír; palabras nuevas que se quisiera palpar; llantos y risas sin camino; en los rostros mayores sombras y gestos... y el secreto y la amiga... y la promesa disecada en la flor entre las páginas de un libro y lo que no se sabe que se quiere camino a todo el mundo en las alas de un pájaro.
             
             Desordenado cuento celeste para Ida.

             Arequipa, 1929. En la Revista Amauta.




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    Fuentes:


    • Escritoras Maestras y Artistas, Hélard Fuentes
    • http://www.librosperuanos.com/autores/articulo/00000000386/Blanca-del-Prado-una-figura-olvidada
    • https://sites.google.com/site/arequipaenletras/home/lo-femenino
    • https://gw.geneanet.org/miguel28?lang=en&iz=6&p=carmen&n=del+prado+chavez
    • Fotografía: https://sites.google.com/site/arequipaenletras/home/lo-femenino