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    ¿Qué son las Quintas en Arequipa?


    El Termino "quinta" en Arequipa guarda relación con la acepción urbanística .Inicialmente designaba "la quinta parte de la producción" que el arrendatario entregaba al dueño de una finca; pero más tarde se aplicó la denominación de quinta a esa misma finca rústica, incluyendo sus palacios o casas solariegas, parques y granjas.  Estos espacios tomaban habitualmente el apellido del propietario o familia. Algunas de estas "quintas"  han sido testigos de hechos importantes para la historia, pero lamentablemente  muchas no han sobrevivido y pocas  han conservado el nombre  convirtiéndose  en urbanizaciones en el mejor de los casos. 


    En un ámbito más popular, el término «quinta» puede usarse para denominar una pequeña parcela de terreno o huerta donde se cultivan frutales u hortalizas, a veces formando parte de una propiedad o vivienda, aunque ésta se encuentre en una ciudad y en la actualidad, se define como quinta al conjunto de viviendas edificadas sobre lotes de uso exclusivo, con acceso por un espacio común o directamente desde la vía pública. Así se encuentra en el texto del Reglamento Nacional de Edificaciones, Norma G.040 Definiciones, publicado en 8 de junio de 2006 en la separata de Normas Legales del diario oficial El Peruano.

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    [...]La vida social de la Arequipa del siglo XVIII era hasta cierto punto monótona. Esto no quiere decir que las diversas clases sociales no socializaran en reuniones familiares o en las famosas chicherías, el espacio público más importante de esos años, en que todavía no existían instituciones sociales de esparcimiento. En esa época de ausencia de luz eléctrica, el ritmo de la ciudad tenía otro tipo de características. Los paseos en el campo eran los más frecuentes. Era común, asimismo, que las personas adineradas tuvieran sus casas de campo fuera de la ciudad. Así se levantaban alrededor de ella mansiones solariegas con estilo arquitectónico parecido a las ubicadas en la ciudad.[...]1

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    En su tiempo, las más conocidas y que tuvieron un valor histórico especial fueron: la Quinta de Tirado, ubicada en El Vallecito, la Quinta de Corbacho, ubicada en Tiabaya, la Quinta de Landázuri,  en la zona de Selva Alegre, la Quinta Tristán (en lo que hoy es el distrito de Bustamente y Rivero, antes parte del Distrito de Paucarpata),  la Quinta de Vargas, la Quinta Sánchez  (ambas  ubicadas  antiguamente en los extremos del Puente Grau).

    Otras fueron, La Quinta Bustamante,  (que dominaba la pampa de Miraflores, lugar que fue campo de aviación), La Quinta Ballón ( en lo que hoy es la urbanización La Negrita, y la avenida Mariscal Castilla, antiguamente llamada avenida Libertad , lugar donde nació en 1906, el aviador arequipeño  Alfredo Rodríguez Ballón)(4) , la Quinta de Menaut en Chilina (de la familia del alcalde de la ciudad,  coronel don Josef Mariano Menaut ), La Quinta de Vivanco en San Lázaro, La Quinta del Dr. Pérez Aranibar también en San Lázaro,  La Quinta Ramos Pacheco  en  la subida a Carmen Alto, La Quinta Albertazo en Sabandía , La Quinta Valcárcel, La Quinta Ricketts en Yanahuara , la Quinta Romaña , la Quinta Bates, la Quinta de Arévalo, etc.

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    La Quinta de Tirado


    Antigua Residencia del corregidor y general de los ejércitos realistas, don Francisco Tirado de Cuenca.

    [...]De todas ellas la única que sobrevive a la fecha, aunque muy precariamente, es la Quinta de Tirado. Esta casona data del siglo XVII y actualmente es propiedad del señor Álvaro Corzo Portocarrero. Allí, por el año de 1811 se conspiraba en contra del régimen colonial. En las chacras anejas a la Quinta de Tirado sesionaban clandestinamente José María Corbacho y Abril, Benito Laso, Mariano José de Arce, Manuel José de Rivero y Araníbar, Juan Crisóstomo Corso y Salazar, Francisco de Paula Quiroz y Mariano Melgar, entre otros que formaban parte de la logia patriótica. Luego, el fino presidente invita a los concurrentes a tomar un tentempié (refrigerio) en la Quinta, cuyos dueños eran primos suyos y su propio hermano mayor don Antolín, de gran figuración social, vivía allí al desposarse con la prima de ambos, doña María Manuela Tirado y Abril, de notoria personalidad conservadora que no veía bien las amistades de “Batilo”, seudónimo de José María Corbacho, según Francisco Mostajo. Acaso a estas reuniones subrepticias alude Melgar en su conocida “Oda a la Soledad”: 

    “Oí al dulce Batilo Cantar al prado hermoso Yerbas y flores, fuentes y ganados”.




    Fotografía coloreada digitalmente que muestra la Quinta de Tirado en Siete Esquinas.

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    Pero no sólo se reunían para conspirar. Allí también se reúnen para declamar sus producciones poéticas unos, otros rasgar las guitarras con el yaraví del adolescente Melgar o de canciones folclóricas. Corbacho, pues, encabezó en Arequipa el grupo, a la vez literario y político, que renovó el ambiente de la ciudad y del que Melgar fue secretario. El nombre del grupo de jóvenes poetas fue “Tertulia Literaria”. “En la Tertulia Literaria de Arequipa (anota Aurelio Miró Quesada) parece haberse reunido un equipo entusiasta y juvenil, al que la seriedad de los poemas, o las angustias ciertas o imaginadas de su vida amorosa, no impidieron reír o sonreír, a veces a costa de ellos mismos”. Por otro lado, cabe destacar que todos los allí reunidos tuvieron actuación protagónica durante la Emancipación y la República. Basta mencionar a la trilogía revolucionaria: Corbacho, Arce y Melgar, y su participación en la rebelión de los hermanos Angulo y Pumacahua en 1814.


    En la República, los hermanos Jorge, Gustavo y Xavier Bacacorzo sostienen que la Quinta de Tirado sirvió de baluarte para defender a la ciudad de los ataques del coronel Mariano Ignacio Prado en 1867. Su propósito era tomarla, pero no lo lograron. Gustavo Bacacorzo refiere también que en la Quinta de Tirado, el jurista arequipeño Francisco García Calderón, que llegó a ser Presidente Provisorio del Perú, durante la guerra del Pacífico, preparó su famoso “Diccionario de la Legislación Peruana”, en dos tomos, hacia el año 1860. La propietaria de la Quinta era, por entonces, su prima hermana materna María Mercedes Martínez – Landa y Corbacho. Allí como dice Bacacorzo “don Francisco tuvo una sala para estudio y preparación del Diccionario; y que se destruyó con el sismo de 1868”. En realidad, del resto de la casona quedó muy poco, salvo algunas habitaciones que se conversan hasta hoy en día. En su tiempo de esplendor, debió contar con fuentes de agua y patios con arcos que la rodeaban. Quedaron allí muchas historias que el tiempo se las llevaron. La Quinta de Landázuri quedaba en el acceso a Selva Alegre.[...]1


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    La Quinta Corbacho



    [...]La esposa del general Pedro Diez Canseco y Corbacho solía pasar largas temporadas en su casona de Tiabaya, conocida como la Quinta de los Corbacho, porque inicialmente perteneció a Tomás Sánchez Corbacho y luego pasó a su hijo Antonio y después a la hija de éste, Mercedes, la madre de Pedro Diez Canseco, encargado tres veces de la presidencia del Perú. A la Quinta Corbacho se dio en llamarla después Quinta Canseco, porque sus dueños pasaron a ser -por herencia- la familia Diez Canseco Vargas y luego la familia Belaunde Diez Canseco.


    En 1958, por efectos del terremoto de ese año, desapareció un monumento histórico que fue testigo de las inquietudes políticas de varios personajes de aquel tiempo. Pero también fue escenario de algunos romances. Como aquel que protagonizaron Ramón Castilla y Francisca Diez Canseco. En una carta que dirige desde Quequeña, el 18 de mayo de 1835, Ramón Castilla le dice: “Mí querida Panchita de mi corazón”. Y luego de manifestar que la extraña mucho, agrega lo siguiente: “Te devuelvo mi manta de Castilla y también mi poncho colorado para que te sirva en los paseos a Tiabaya”, que era el lugar donde quedaba la Quinta Corbacho. “Doña Pancha”, como popularmente será conocida la esposa del presidente Castilla, fue hermana de los generales Pedro, Manuel y Francisco Diez Canseco, de notable figuración en el siglo XIX.

    Don Pedro fue un hombre del campo, que a pesar que gozó de la cercanía al poder, siempre buscó refugio en su natal Arequipa y, particularmente, en su Quinta de Corbacho, adonde iba desde montado a caballa, cubierto por su poncho de lana y su sombrero de jipijapa. Ahí mismo lo fueron a buscar varias veces para sacarlo de su retiro voluntario y comprometerlo en una nueva causa rebelde. La última de ellas fue la que protagonizó en 1867, a raíz de la Constitución liberal de ese año, que atentaba contra los fueros de la Iglesia Católica. Fue entonces que Pedro Diez Canseco se puso a la cabeza del movimiento y dio a luz un manifiesto dirigido a la nación en que protestaba del carácter liberal de dicha Constitución.

    Al final, el movimiento triunfó y Diez Canseco ocupó por tercera vez la presidencia del país. Los últimos días de su vida trascurrieron apaciblemente en su ciudad natal de Arequipa, adonde regresó siempre a pesar de que pudo vivir en Lima. La misma casona fue visitada años después por Víctor Andrés Belaunde, nieto del ex presidente peruano, siendo todavía niño de pantalones cortos. Su descripción acerca de la Quinta Corbacho fue la siguiente: 

    “La casa de los Corbacho es una típica mansión de hacienda, rodeada de corrales para el ganado y zaguán y patio a la moda arequipeña, cuadras o salones espaciosos; el comedor con vista al río está sostenido por columnas con zapatas; descendiendo al jardín, una terraza que remataba en un oratorio a la usanza de Arequipa; y más abajo, el pozo y la huerta”.



    Cuenta Belaúnde que, desde la Quinta Corbacho, el Deán Valdivia vio el movimiento de las tropas del general Salaverry, después de la batalla de Uchumayo; prevenido Santa Cruz por él, se ubicó en una zona más favorable para su ejército, lo que determinó la victoria de Socabaya sobre el joven caudillo limeño (1836). Agrega además que la Quinta Corbacho fue lugar de descanso del Estado de Mayor de Castilla; en la época que el general Vivanco encabezó el movimiento rebelde contra la Constitución liberal de 1856, y se produjo el asedio de la ciudad de Arequipa por ocho meses. El estilo clásico de sus construcciones hizo de esas Quintas verdaderas muestras de gusto arquitectónico, al lograr conjugar la belleza del diseño con el uso adecuado de los espacios dedicados al paseo y la distracción.



    Como decía la evocación de “Batilo”, seudónimo de José María Corbacho, el campo, el ganado y las fuentes formaron parte de un solo cuadro. Por allí echaron a volar sus ilusiones los fogosos rebeldes de la época de la emancipación. Otras veces sirvieron de lugar estratégico para las campañas militares. Fueron también escenario de momentos dramáticos para la historia local. Ojala el lector haya podido transportarse a la época en que Arequipa era una ciudad más proyectada hacia el campo, rodeada de campiña, adonde iban a pasear y hacer vida social los arequipeños.[...]1





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    La Quinta Landázuri



    [...]El nombre del prócer y patriota venezolano Trinidad Morán asentado en Arequipa está íntimamente vinculado a la historia de esta Quinta, hoy desaparecida y que se encontraba ubicada  en el sector de Selva Alegre ubicada frente al parque en un extremo y se extendia hasta la manzana que queda frente el nuevo puente Julio Ernesto Portugal. Narra el Deán Valdivia en sus memorias, que el general Morán fue vencido en 1854, por  el ejército rebelde de Ramón Castilla. El encargado de las operaciones militares en Arequipa contra el gobierno del general Echenique, que defendía Morán, era el político y hacendista Domingo Elías, quien no vaciló en ordenar la muerte del general venezolano, que había luchado en otro tiempo por la independencia del Perú. En la Quinta de Landázuri, Trinidad Morán fue hecho prisionero y allí mismo redactó su testamento , luego fue conducido por la calle Guañamarca (hoy Rivero) hasta Santo Domingo y luego por la calle del Teatro donde quedaba su casa, junto al teatro Fénix. Actualmente esta calle lleva el Nombre de General Morán.



    Desde aquel lugar su esposa, la arequipeña Rafaela Zereceda y Zaconeta, sus suegros y sus hijas, protagonizaron escenas dramáticas de dolor ante su inminente fusilamiento. Mientras tanto, la banda de músicos que lo acompañaba interpretaba una triste melodía conocida desde entonces como la “Marcha Morán”. En la Plaza de Armas sería  finalmente fusilado por órdenes de Domingo Elías, que no cedió ante las súplicas de muchos vecinos de la ciudad.[...]1






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    La Quinta Tristán



    [...]Esta Quinta situada en el otrora pago de Porongoche, comprensión del  distrito de Paucarpata e inmediata a la segunda lloclla (torrentera) aproximadamente a una legua de la ciudad fue propiedad de don Pio Tristán , magníficamente emplazada y rodeada de tierras de alto rendimiento agrícola hasta la década de 1950 aproximadamente, prestando servicios de carácter social que consigna la historia ,  La Quinta era también conocida como la Quinta Miraflores  , quizá por estar cerca  de ese pueblo  y distante de Paucarpata, al que siempre ha pertenecido Porongoche, la exuberancia de las flores  y de cultivos también  puede haber influido en esta denominación.[...]

    [...]El 9 de junio de 1825 tuvo lugar un banquete en honor al libertador Simon Bolivar ,y una década después se firmó El Tratado de Paucarpata el cuál se realizó el 17 de noviembre de 1837 en el marco de la Guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Restaurador Perú-Chile.[...]


    En evidente peligro de ser tomadas o derrotadas, las tropas de Blanco Encalada, enviadas al Perú por el Congreso de Chile negociaron un Tratado de Paz con Santa Cruz acordando su retirada del Perú para no volver.

    Esta operación militar y posterior negociación diplomática se produjo en la Quinta de Don Pío Tristán , cuyas alturas dominaban las tropas del Mariscal Santa Cruz en mejor posición y condición que la expedición restauradora.

    En 1855 una epidemia azota a la población del Misti _ quizá de tifus_ siendo la Quinta utilizada como lazareto a fin de poder  hospitalizar  en ella numerosos afectados, ya que el  primer lugar asignado no reunía la doble condición  de amplitud de ambientes y alejamiento de la ciudad propiamente dicha, pues el Palacio de Buen Retiro estaba dentro de la urbe y era de proporciones menores. Una junta de sanidad toma las acciones con energía y acierto y el peligro conjurado.

    [...] La Quinta, sita en Porongoche, perteneció  a don Pío Tristán , quién  la vendió a don Juan de Goyeneche (Escritura de 26 de Abril de 1856, Notario José Zelaya) Constaba de una amplia  casa, hoy en ruinas y de 129 topos  de terrenos de cultivo. Está inscrita  en el tomo 37 Fs. 389, de los Rgs. Púbs.[...] Arequipa en el paso de la colonia a la república. Guillermo Zegarra Meneses 1973.

    [...]En la primera guerra civil peruana  (1856-1858) Castilla coloca al centro de su ejército sitiador en la Quinta Tristán; la derecha  en la Quinta Bustamante , dominando la pampa de Miraflores; y a la izquierda en el Cerro Juli. [...]2


    En una nota del diario La Bolsa del 25 de abril de  1868, menciona que :  ..Se mando a desocupar la Quinta Tristán donde se establecerá un lazareto bajo la dirección de José Lucas Recabarren. 

    La Quinta y sus 139 topos circundantes  han quedado en el olvido, tras los terremotos de 1958 y 1960 lo poco de arquitectura que quedaba se destruyo y  hoy esos terrenos, son  lo que corresponde a la Urbanización Quinta Tristán en el nuevo distrito de Bustamente y Rivero.

    Imagen de Portada, Fotografía coloreada digitalmente que muestra a la Quinta Tristán. Base fotográfica: Fotograbado en  el Libro: Flora Tristán personalidad contestataria universal. Gustavo Bacacorzo.


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    La Quinta de Vargas y la Quinta de Sánchez



    Tras la expansión urbana de Arequipa en el siglo XIX se tomó la decisión de contar con un nuevo Puente, el proyecto contemplaba según  la memoria edil de 1884  : que "la obra del puente nuevo, que es la de mayor y más trascendental importancia, acometida por la H. Municipalidad, muchas veces proyectada y otras tantas abandonada, y reclamada urjentemente (sic) desde hace muchos años en beneficio de los distritos de Yanaguara (sic), Caima (sic) y Miraflores.


    [...]Según esta memoria, en el año 1868,  siendo presidente de la república Pedro Diez Canseco, "hubo de realizarse la obra, pues decretada por éste y con los fondos necesarios, se principiaron los trabajos de apertura de los heridos para los cimientos, se compraron las quintas denominadas Vargas y de Sánchez en ambos lados del río para la apertura de la calle, y se acumuló gran cantidad de materiales; pero la obra se paralizó al poco tiempo de comenzada, perdiéndose totalmente los trabajos emprendidos, y los materiales y los fondos, fueron distraídos de su objeto".

    El proyecto en un inicio corrió  bajo la dirección del arquitecto de origen italiano Juan Albertazzo.  El 17 de octubre de 1881 el municipio de Arequipa acordó la construcción de un puente definitivo hecho con piedra y sillar, pero después de varios problemas incluida la guerra del Pacífico las obras se paralizaron y no fue sino hasta el año 1884 cuando el arquitecto Juan A. Rodríguez tomó las riendas de la ejecución del proyecto y se convertiría en el principal protagonista de la construcción del puente.

    Desde las primeras inauguraciones de 1887, la primera relacionada con la Jornada del Callao del 2 de mayo, el puente, a pesar que aún no cumplía con su función principal de tránsito, fue convertido en un lugar preferente para paseos y retretas que contaban con la participación de los ciudadanos mistianos.  Recién en diciembre de 1888 fue decretado, sin mayor ceremonia, el tránsito libre por la reciente construcción. [...]3

    La Quinta Vargas gozó de mayor fama antes de la construcción del Puente, sirvió de almacén y polvorín durante la guerra, posteriormente en  el año de 1900 se le dotó de un pozo con agua de Yumina , el cual junto con Zemanat fueron de los más populares, ya para la época  La Quinta Vargas cambió de nombre por el de Parque Grau, pese a ello la  gente continuo llamándola "Quinta Vargas". Durante  el siglo XX tuvo muchas remodelaciones  , albergando un pequeño zoologico, hoy en día es un lugar muy concurrido pero ha perdido su encanto y urge de ser revalorada. 

    Fotografía coloreada digitalmente, que muestra al Parque Grau. Base fotográfica: Foto Postal de 1922.

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    Vea las principales Quintas en este mapa de 1835:


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    Fuentes:


    • Artículo sobre las quintas de Arequipa . Mario Rommel Arce. Diario El Pueblo. (1)
    • Flora Tristán Personalidad Contestataria universal. Gustavo Bacacorzo 2000. (2)
    • EL PUENTE GRAU ALGUNOS ASPECTOS HISTÓRICOS , Jorge Bedregal La Vera. (3)
    • "Juan Alfredo Rodríguez Ballón y la aviación en Arequipa en el primer tercio del siglo XX" . José Renato Ballón Cusirramos.(4)
    • Imagen de Portada, Plano topográfico de Arequipa 1835.