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    En 1862, España organizó una expedición naval científica y diplomática que debía recorrer toda la costa americana, desde Río de Janeiro hasta San Francisco. La Escuadra española realizó su misión, llegando hasta California. De regreso, los buques pararon nuevamente en el Callao (a la ida también habían fondeado allí) y recibieron noticias de que en la hacienda de Talambo habían sido asesinados unos colonos españoles. Para algunos historiadores en realidad lo ocurrido fue una riña entre los colonos y los peones de la hacienda que pretendían apresar a uno de ellos que había sostenido un altercado con el propietario, los ánimos se caldearon y en medio de los disparos que intercambiaron ambos grupos, resultaron muertos un español y un peruano quedando también varios heridos, para otros autores se trató de una reacción xenófoba en el contexto de un altercado contra colonos vascos recientemente llegados al lugar.15​ En esos días se sucedieron una serie de cambios en la representación diplomática española ante el Perú que dejaron como único representante al vicecónsul José Antonio Albistur Hurtado.


    Mientras la Escuadra abandonaba Callao y llegaba a Valparaíso, entró en escena Eusebio Salazar y Mazarredo quien se ofreció para llevar la correspondencia oficial a España. De allí volvió a Lima con el cargo de Ministro de Su Majestad en Bolivia y Comisario Extraordinario para el Perú y solicitó una reunión con la autoridad competente del gobierno. El canciller Juan Antonio Ribeyro le indicó que la entrevista sería confidencial, pues no le reconocía el cargo de Comisario, a lo que Salazar respondió indignado que no aceptaba y se marchó al encuentro del almirante Luis Hernández-Pinzón Álvarez, Comandante General de la Escuadra del Pacífico. Una vez reunidos, Salazar indicó al almirante que Perú no resolvería justamente el caso de los asesinatos de Talambo y que además, el país se estaba armando. Aunque las órdenes principales dadas en Madrid indicaban:

    fije V.S. [Salazar] altamente su intención en que la misión que el Gobierno de S.M. le confía es de paz: que el Gobierno quiere paz y buena inteligencia

    Salazar entregó a Pinzón las instrucciones secundarias en las que el deseo de paz estaba condicionado por la resolución justa del caso de Talambo y en las que se afirmaba que quedaba justificado el uso de la fuerza en el caso extremo de atentado contra la seguridad de los barcos, su personal o el honor nacional. Aunque Pinzón solicitó el resto de órdenes, Salazar le indicó que no eran importantes. Así, el 14 de abril de 1864 la Escuadra ocupó las islas Chincha.

    Cuando los buques acudieron al Callao a informar de la ocupación, se produjeron algunos incidentes al pedir protección a la Escuadra un barco español amarrado a puerto. Aunque la flota peruana encendió sus calderas, la artillería del puerto se preparó y la Escuadra tocó zafarrancho de combate, finalmente no ocurrió nada más.

    Ante esta situación, el gobierno español decidió enviar varios buques para reforzar la Escuadra y el chileno negó cualquier abastecimiento a los barcos españoles.

    El 24 de noviembre la Junta de Guerra peruana determinó la imposibilidad de vencer a la Escuadra con las fuerzas de que disponían. El 6 de diciembre el vicealmirante José Manuel Pareja llegó desde España para sustituir al almirante Pinzón y el 30 se realizó la primera conferencia entre Pareja y Vivanco, que culminaron con la redacción del Tratado Vivanco-Pareja. El documento establecía el intercambio de embajadores, el saludo a los respectivos pabellones, la reprobación oficial a Salazar, la desocupación de las islas Chincha y el pago a España de 3 millones de pesos como indemnización por los gastos causados.

    El 2 de febrero de 1865 el Tratado era ratificado por el Presidente del Perú, Juan Antonio Pezet. El día 28 el coronel Mariano Ignacio Prado se levantó en armas, dando comienzo a la denominada Revolución de Arequipa que terminaría derrocando a Pezet, por haber firmado un tratado que se consideraba humillante para la nación, y alzando al poder a Prado como Jefe Supremo del Perú.

    Mientras tanto, el vicealmirante Pareja presionaba a Chile para que levantara las restricciones impuestas a los buques españoles, una vez que recibió el cargo de Ministro plenipotenciario ante este país. Ante la negativa del gobierno de Santiago, declaró toda la costa chilena en estado de bloqueo el 24 de septiembre. Aunque, debido a los pocos buques españoles, éste se redujo a Coquimbo y Caldera. En respuesta a esta decisión, Chile declaró la guerra a España el día siguiente.

    El 26 de noviembre la corbeta chilena Esmeralda capturó a la goleta española Virgen de Covadonga en lo que se conoció como combate de Papudo. Este hecho provocó el suicidio del vicealmirante Pareja.

    El 12 de enero de 1866 Perú y Chile firmaron una alianza y declararon la guerra a España. Poco después, se unirían Ecuador (el 30 de enero) y Bolivia (el 22 de marzo), aunque sin participar activamente en la contienda.

    Entre el 7 y el 8 de febrero, las escuadras aliadas del Perú y Chile, con una postura defensiva, combatieron contra dos fragatas españolas en Abtao. Ante la imposibilidad de encontrar a la flota aliada para hundirla o capturarla, el nuevo Comandante General de la Escuadra, Casto Méndez Núñez, contra su voluntad, y en cumplimiento de las órdenes dadas por el gobierno español, bombardeó el puerto de Valparaíso. Éste estaba indefenso, por lo que el bombardeo fue duramente criticado. Terminada la acción, la Escuadra puso rumbo a la Isla San Lorenzo, en el Callao.

    Al tener noticias de estos hechos y de la inminente llegada de la flota española, el gobierno peruano inició la construcción y reforzamiento de las defensas costeras del puerto contando desde el principio con la entusiasta colaboración del pueblo.




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    El Combate

    El 2 de mayo de 1866, a las 10:00 la escuadra española, que se hallaba fondeada en la isla de San Lorenzo, comenzó a levar anclas para marchar en dirección a El Callao. El buque insignia, la fragata "Numancia", encabezaba una formación en V, sirviendo además de protección y buque insignia para los demás barcos. Desde una perspectiva técnica esta formación pudo haber sido mejorada, según diversos autores,14​19​ si el ataque hubiera sido tomando a las baterías del sur entre dos fuegos incluyendo por retaguardia, se hubiera bombardeado a la población para finalmente lanzarse sobre las defensas del norte. Pero, por una cuestión de honor militar la intención del almirante español era atacar las baterías de frente.

    A las 11:30 la "Numancia" largó la señal de zafarrancho de combate. La escuadra española se dividió en dos grupos. El primero (I División), compuesto por la "Numancia", la "Blanca" y la "Resolución" se dirigió hacia las defensas de la zona sur. El segundo, compuesto por la "Berenguela" y la "Villa de Madrid" (II División) y por la "Almansa" y la "Vencedora" (III División), se dirigió hacia el norte. La II División debía atacar las defensas de la zona norte y la III debía enfrentarse con la flota peruana y bombardear el muelle y la población.



    A las 11:50 la "Numancia" comenzó el bombardeo, siguiéndola a continuación la "Blanca" y la "Resolución". Al tercer disparo del buque insignia español, los cañones de la Torre de La Merced respondieron al ataque. Esto es debido a la actitud de José Gálvez, ministro de la Guerra, quien no permitió a los artilleros disparar hasta que no lo hicieran los españoles. Al preguntarle el porqué, respondió: «Justifiquemos nuestra causa». A continuación todas las baterías de la zona sur abrieron fuego, mientras el ministro gritaba «Españoles, aquí os devolvemos el tratado del 27 de enero». Este hecho hizo perder a las defensas del sur la iniciativa estratégica. Ningún disparo peruano hizo blanco. Por lo que hubo que reapuntar los cañones. Esta pérdida de tiempo (los grandes cañones tenían una cadencia de fuego de entre veinte y veinticuatro minutos) se podría haber evitado si la artillería peruana hubiera comenzado a disparar mientras los buques españoles tomaban posiciones (momento en el que se encontraban prácticamente indefensos). Esto no pasó así en el frente norte, donde las baterías peruanas sí aprovecharon esos momentos críticos para abrir fuego.

    Al poco de comenzar el combate el "Cañón del Pueblo", un Blakely de 500 libras, tras realizar su primer disparo se descarriló de su afuste por el retroceso, quedando inservible durante todo el combate.

    A las 12:10 el vapor "Tumbes" comenzó a salir del muelle con la intención de impactar su torpedo de botalón contra un buque español. Los disparos de la "Numancia" y la "Almansa" le hicieron retroceder y guarecerse de nuevo en el puerto.

    A las 12:30 la "Berenguela" llegó a su posición, abrió fuego contra las defensas del norte y fue respondida desde las baterías peruanas.


    Algo más tarde de las 12:30 un disparo probablemente procedente del monitor "Loa" fue a parar a la barandilla del puente de la "Numancia", donde se encontraban el Capitán de Navío Juan Bautista Antequera y Bobadilla, Comandante del buque, y Casto Méndez Núñez, Comandante General de la Escuadra. La bala produjo ocho heridas de cierta gravedad a Méndez Núñez, que exclamó: «Me han llevado el brazo». A pesar de la insistencia de los oficiales, el Comandante General se negó a retirarse al hospital de sangre, hasta que finalmente se desplomó por la pérdida de sangre. Antes de que se lo llevaran del puente ordenó que no se arriara su pabellón para no desanimar a las tropas.

    Entre las 12:45 y las 13:00, la "Villa de Madrid" llegó a su destino y paró las máquinas para colocarse en posición de combate. Mientras maniobraba, un certero disparo procedente de la Torre "Junín" cayó sobre ella, destrozando su tubo de conducción de vapor, matando a 13 hombres e hiriendo a 22. La bala dejó inmovilizada a la fragata. La "Almansa" comenzó a maniobrar para socorrer a la "Villa de Madrid", pero al ver que la más ágil "Vencedora" ya iba en su ayuda, continuó con el combate. Mientras era remolcada fuera del combate, la fragata llegó a efectuar 200 disparos.

    Pasadas las 12:45 la Torre "Junín" cesó de hacer fuego.

    A las 13:00 una granada, muy probablemente disparada desde la "Blanca", cayó sobre los saquetes de pólvora de uno de los cañones de la Torre de La Merced. Al estallar hizo saltar por los aires la torre, pereciendo 41 hombres, entre ellos el ministro José Gálvez, el ingeniero colombiano Cornelio Borda, el jefe de la torre, Coronel Enrique Montes, el Capitán de Artillería chileno Juan Salcedo y el Coronel Toribio Zavala, hermano de Juan de Zavala, ministro de Marina de España. Después de la explosión, la "Resolución" se separó de la I División y se dirigió hacia el muelle para apoyar a la III División. Tras bombardear la población y la flota peruana durante un largo espacio de tiempo, regresaría a su posición original para cañonear el Fuerte Santa Rosa.

    Sobre las 13:00 la "Berenguela" que luchaba en solitario contra las defensas del norte (la "Villa de Madrid" había tenido que abandonar el combate), recibió una bala de 500 libras, proveniente del Fuerte Ayacucho, que impactó bajo la línea de flotación abriendo un boquete de 14 pies de largo por 4 de ancho. Poco después, un nuevo disparo del "Ayacucho" atravesó el costado del barco, provocando un incendio en el departamento contiguo al pañol de la pólvora. Mientras se intentaba taponar la vía de agua con colchones, coys y otros materiales, se trasladaron todos los cañones a babor, se desaguaron los aljibes de estribor y se pusieron en funcionamiento todas las bombas. Al tiempo, se trataba de extinguir el incendio. Finalmente, se logró contener el agua y apagar el fuego. El buque, ladeado, se retiró del combate. Al pasar frente a la corbeta británica "Shearwater", su comandante les ofreció ayuda y gritó: «¡Valiente "Berenguela", aquí estoy yo para recogeros!», a lo que el comandante del barco español, Manuel de la Pezuela y Lobo respondió: «De nada necesito», y continuó hacia el fondeadero. Con dos fragatas imposibilitadas de seguir combatiendo, la II División de la Escuadra había sido rechazada por las defensas peruanas.

    A las 13:30 la "Vencedora" regresó de nuevo al combate tras poner a salvo a la "Villa de Madrid". Tras colocarse en su posición continuó con el bombardeo sobre las defensas del norte, los buques peruanos y la población.

    A las 14:30 una enorme granada explotó en la batería de la "Almansa", provocando la inflamación de los guardacartuchos. El incendio se propagó por el sollado hasta llegar al antepañol de la pólvora. El Comandante de la fragata, Victoriano Sánchez Barcáiztegui, tras recibir tres partes en los que se solicitaba anegar el pañol para que la pólvora no explotara, exclamó: «Yo hoy no mojo la pólvora, volaremos antes». Mientras el buque seguía disparando sus cañones, el Comandante ordenó izar la señal de "fuego a bordo" y separarse de la cercana "Numancia", para evitar así que le afectara la posible explosión de su barco. Una vez que se consiguió sofocar el fuego, la "Almansa" volvió a su posición original, reanudando el cañoneo a las 15:00 sobre el Fuerte Santa Rosa, la flota peruana y la población.

    A las 14:30 una bala procedente del Fuerte Santa Rosa cayó sobre la "Blanca", destrozando el almacén de agua y causando la muerte a 8 hombres. Entre los heridos se encontraba el Comandante del buque, Juan Bautista Topete, que regresó curado diez minutos después. Al poco la munición se agotó, por lo que el Comandante decidió retirarse del frente. Tras dirigirse hacia la "Berenguela" y comprobar que no precisaba ayuda, volvió hacia el frente, colocándose entre el Fuerte Santa Rosa y la población. A las 15:30 se agotaron definitivamente todas las balas y los cohetes incendiarios. Entonces, el buque se colocó entre la I y la III División para prestarles auxilio en caso de necesitar ayuda.

    A las 15:40 la "Vencedora" trató de disparar cohetes incendiarios sobre el puerto y la población, pero al reventar el disparador, tuvo que volver a usar los cañones.

    A las 16:00 únicamente tres cañones del Fuerte Santa Rosa responden desde tierra al fuego español (según fuentes españolas eran los únicos que lo hacían).

    A las 16:45 la escuadra española decide dar por finalizado el combate. A las 17:00 se da la orden de finalizar el bombardeo. A las 17:30 la "Almansa" detiene el cañoneo. Tras dar tres vivas a la Reina, la "Numancia", la "Blanca", la "Resolución", la "Almansa" y la "Vencedora" salieron de la rada del Callao y se dirigieron al fondeadero, donde esperaban el resto de barcos.

    Sobre las 17:50, cuando la escuadra ya estaba cercana a la isla de San Lorenzo, los tres cañones del Fuerte Santa Rosa que aún respondían al fuego español, efectuaron sus últimos disparos. Según el parte dado por Méndez Núñez estos se realizaron sin bala.

    El último disparo lo efectuó el monitor peruano "Victoria". A las 18:00 la Escuadra llegó al fondeadero.

    A las cuatro y media de la tarde solo tres cañones contestaban a nuestro fuego de las tres fragatas más nutrido que nunca. La población destrozada y viendo que ya no había nada que hacer pues los enemigos se callaron, hicimos alto al fuego... soltó la batería enemiga (Santa Rosa) tres o cuatro tiros que fueron los últimos de la batalla, más por arrogancia que por reto, y con esto quedó terminada la función...

    Carta del teniente de navío de la fragata Numancia, José Emilio Pardo de Figueroa, 8 de mayo de 1866.

    Los peruanos vivaban y seguían tirando con furia contra el resto del enemigo que era la "Numancia", "Blanca" y "Resolución", las que tuvieron cuidado de mantenerse a una respetuosa distancia porque el fuego era muy nutrido en las baterías. Sin embargo a las cinco de la tarde pasó la "Numancia" cerca de nosotros en retirada y le vimos grandes huracones por proa contándole nueve balazos... El monitor peruano (Victoria) fue el último que tiró mientras que la escuadra española se retiraba... y mientras los peruanos vivaban desde tierra

    Carta del 1er maquinista del vapor Powhatan, A. Dezgler, 2 de mayo de 1866.


    Biografías de Arequipeños que participaron en el combate del 2 de Mayohttps://arequipatradicional2.blogspot.com/search?q=2+de+mayo




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    En 1866 el músico arequipeño,  Mariano Bolognesi Cervantes(Arequipa, 4 de febrero de 1825 - Lima, 11 de julio de 1899) hermano del héroe de Arica, compuso un himno al 2 de mayo.

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    La bandera que flameo en el combate del 2 de mayo para 1916 se encontraba en la sala del consejo Municipal, hoy  se encuentra en el museo histórico municipal , el gobierno la entrego ya que fue en Arequipa donde se inicio la revolución del 28 de febrero de 1865 que desencadeno, llegar hasta este combate , asimismo muchos arequipeños murieron también en esta parte importante de nuestra historia antiguamente lo que hoy es el parque san francisco , se llamo parque 28 de febrero el monumento pequeño que allí había hoy se encuentra en la av. Bolgnesi.


    Actualmente se encuentra en el Museo Histórico Municipal de Arequipa.




    La fotografía de los sobrevivientes del combate del 2 de mayo se puede apreciar hoy en en día en el Museo Histórico Municipal "Guillermo Zegarra Meneses", además del cuadro del Mariano Mazeyra, el Coronel José Alcides Villalba, Coronel Trinidad Pacheco Andía y otros ilustres que combatieron en el Callao, del mismo modo el pabellón que flameo en la gesta de mayo.


    Coronel Ignacio Ruiz de Somocursio.

    Teniente Coronel Mariano Mazeyra.


    Coronel Alcides Villalba.





    Libro: Nuestro 2 de Mayo. 1866-1916 (Cincuentenario del combate del 2 de Mayo)
    Combate-del-2-de-mayo


    En el Centenario del combate del 2 de Mayo. 1866-1966




    El 27 de abril de 1966, para el centenario del combate , es izado el pabellón que flameo en el combate del 2 de Mayo en la plaza mayor de Arequipa, la reliquia viajó a Lima posteriormente para  ser condecorada. actualmente se encuentra en el Museo Histórico Municipal Guillermo Zegarra Meneses en Arequipa.


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    Arequipa heroína de Sudamérica.

    La grandeza de los pueblos se mide por las profundas surcadas que abrieron en su ruta al recorrer las diferentes etapas de su existencia.

    Los pueblos conscientes de su valor y de su fuerza son avaros de su libertad y como tales saben defenderla  de las acechanzas de la tiranía saben morir libres, antes que vivir esclavos.

    Y de esos ideales hondamente arraigados en el alma de este pueblo desde los albores de su vida, lo despertaron, cuando en 1864 , la hiedra ibérica en persona de un pirata se adueñara de las Islas de Chincha , impusiera a la patria una indemnización de tres millones de pesos fuertes y pretendiera revivir la guerra a pesar de su derrota definitiva en Ayacucho . Y para ello encontró eco favorable  en la debilidad del mandatario del Perú  don Juan Antonio Pezet, quien suscribió el tratado de 27 de enero de 1864, lleno de renuncios para dignidad nacional y preñado de sombrías amenazas para la causa  libertaria de Sudamérica . entonces este pueblo como el león dormido al que despiertan los chacales del desierto sacudió su melena, abrió su enorme zarpa y lanzando un terrible rugido, se lanzó contra esa manada de lobos hambrientos  y supo destrozarlos  en homéricas jornadas libertarias.

    Arequipa que entonces ya contaba con hijos ilustres que tenían amplia participación en el manejo de la cosa pública protestó contra tantas humillaciones y lanzó a todos los ámbitos de la república su grito airado y en sesiones de Cabildo Abierto suscribió aquella Acta Inmortal que fue como la clarinada del Ángel de la Libertad ante el siniestro ronquido de las cadenas de una nueva esclavitud. Y sus ecos se propagaron abriendo el seno de los andes y penetrando a sus profundas concavidades, despertaron las conciencias dormidas que altivas respondieron al grito libertario.

    Arequipa que contaba entonces con 40 mil habitantes alisto un ejército de doce  mil quinientos hombres, más del 30 por ciento de sus pobladores y al mando de sus mejores hijos , lo envió a tomar la capital a deponer al gobierno de Pezet y a declarar la guerra a España, esa madre regañona que aún pretendía volvernos a esclavizar , prevalida de la astucia de su diplomacia y del furioso estampido de sus cañones.

    Vino la prueba suprema , el dos de mayo de 1866 ; allí formando  un solo frente todos los peruanos improvisaron las defensas del Callao que resultaron inexpugnables . Méndez Núñez el almirante español, al mando de sus naves que contaban con trescientas bocas de fuego se acercó a la bahía para destrozar las defensas peruanas, pero fueron suficientes a contestar ese ataque solo cincuenta cañones emplazados en nuestras fortalezas , los que lograron inutilizar varias naves y silenciar el atrevido tronar de las torres enemigas.

    Después de este duelo gigantesco y sangriento , las naves españolas se retiraron de la bahía y nuestra enseña bicolor , se izaba victoriosa sobre los fuertes del puerto , salpicada con la sangre de sus hijos.
    Aquella jornada homérica selló para siempre la independencia de cuatro naciones americanas: Chile Bolivia Ecuador y Perú. Y la libertad de que hoy se ufanan estas se la debieron al grito de rebeldía que lanzara Arequipa en febrero de 1865. Arequipa es pues la segunda libertadora de Sudamérica.

    Todo fue arequipeño en aquella homérica jornada: El acta de protesta contra las humillaciones de España actual reguero de pólvora cundió por todas partes y levantó a los mismos andes como muralla de rebeldía ; El Ejército Libertador en el que figuraban doce mil quinientos arequipeños de todas las armas los que hicieron su marcha triunfal por los departamentos de Puno , Cusco,  Ayacucho y llegando a Huancayo, cayeron sobre la capital  y tomaron palacio ; el Ministerio del General Prado en el figuraban cerebros poliédricos y corazones magnánimos  como los de Quimper y Tejeda,  Pacheco y Paz - Soldán ; el doctor Trinidad Pacheco Andía que soliviantó el patriotismo nacional con su canción guerrera , llamada la Marsellesa peruana “Hijos del Misti”  ; el que también fue uno de los héroes  del Callao; el gran poeta don Manuel Castillo , que heredo el alma inspirada de Melgar y que cantó la inmarcesible gloria del 2 de mayo; el mismo grito de indignación contra las injusticias de España cometidas contra nuestra causa, fue dado por el ilustre prelado arequipeño Excmo. Mons. José Sebastián de Goyeneche y Barreda, Arzobispo de Lima ; la Oración Gratulatoria después de tan gloriosa jornada humeantes aún los despojos de nuestros héroes y defensores fue cantada por un ilustre Obispo arequipeño, Mons. Pedro José Tordoya , quién entonó  el himno glorioso de aquella epopeya , cual cantara en lejanos tiempos las máximas glorias de su patria entre el fragor de legendarios combates.

    ¡Loor eterno a la heroína de América que en 1866 fue autora de la segunda independencia  de cuatro naciones Americanas ¡ ¡Loor  eterno a los redactores de “La Guillotina”, doctores Moscoso Melgar, Cateriano, Sánchez y Barreda, que supieron incendiar  los corazones y hacer de cada ciudadano un soldado y de cada hogar un santuario de patriotismo !

    El monumento  que ostenta esta bendita tierra en la plaza 28 de febrero recuerda la acción más grande y heroica de este pueblo; simboliza todo el valor de que fue capaz  frente a las humillaciones de los enemigos de su libertad ; toda la volcánica rebeldía de que se invistiera durante un siglo mereciendo por esto que se le apellidara : “El León del Sur”.

    En aquel monumento se lee esta arenga patriótica y que nunca debemos olvidar : “Pueblo arequipeño cuando la libertad peligra lucha como en febrero de 1865; y vence como el dos de mayo de 1866! 

    ¡Loor eterno a todos los hijos ilustres de Arequipa la segunda Libertadora de Sudamérica!

    J. Luis Bedregal.

    Artículo en el Diario El Pueblo , para el centenario del combate del 2 de Mayo.

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    Fuentes:
    • Nuestro 2 de Mayo. 1866-1916.
    • Jorge Basadre Grohmann (2010). El Comercio S.A, ed. Perú independiente.
    • J. Luis Bedregal. Artículo en el Diario El Pueblo 1966.